por ISAAC BIGIO*
Las elecciones israelíes
RIEL SHARON ha ganado las elecciones israelíes y su partido (Likud) ha casi duplicado sus curules. El laborismo, el partido de Ben Gurion, Golda Meir, Rabin y Perez, ha sufrido su peor derrota. Quien fuera la fuerza que más ha estado en el poder no ha conseguido ni un sexto de los curules. Un gran triunfador ha sido el Shinui. Estos liberales casi empatan al laborismo con un discurso pidiendo eliminar los privilegios y subsidios a los ultra-ortodoxos y evitar que su país siga retrocediendo hacia ser un ghetto medieval y oscurantista.
Lo paradójico es que Sharon es considerado por muchos israelíes como el peor mandatario de su historia. Bajo su gobierno Israel viene confrontando su peor crisis económica y el mayor detrimento a su seguridad interna. El laborismo falló en ser alternativa. Durante años compartió el poder con Sharon y el giro radical que le brindó su nuevo líder, Mizna, fue tardío e inconvinecente. El propuso el retiro inmediato e incondicional de los territories ocupados y dialogar directamente con Arafat. Su postura pacifista no entraba a tono con un partido que había estado comprometido con la repression al levantamiento palestino.
El problema que ahora confronta Sharon es que va a tener dificultad para conseguir aliados y formar un gobierno estable. El Likud tiene 37 escaños y necesita 24 más para ser mayoría parlamentaria. Sharon quisiera formar una coalición con los 19 del Laborismo y los 15 del Shinui, pero Mizna veta todo acuerdo con Sharon. Los 10 congresistas centro-izquierdistas y los 9 parlamentarios árabes tienden a ser oposición.
Sharon necesita co-gobernar con todos o parte de los 3 partidos fundamentalistas judíos, pero eso pondría a los secularistas del Shinui en grandes dificultades. También puede tender a volver a llamar a la extrema derecha (9 curules) al gobierno, pero eso le crearía problemas internacionales pues ese sector plantea la limpieza étnica de los 4 millones de palestinos que conforman el 45% de la población que vive en el estado que Israel detenta u ocupa.
Arafat ha pedido diálogo al nuevo gobierno quien se niega a conversar con él. Mientras tanto Israel se prepara para lo que puede ser una ola de misiles en caso que Irak responda una posible invasión.
*Isaac Bigio es investigador y profesor de la London School of Economics & Political Sciences (LSE). Colabora en la BBC, El Comercio, La Opinión, CNI y otros medios.
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