OR PARADÓJICO que parezca las negociaciones de paz entre el presidente colombiano Pastrana y las FARC tiene una relación estrecha con los sucesos posteriores al 11 de septiembre. La reacción occidental ante los llamados grupos terroristas ha generado dos vías. La primera ha sido la de una acción dura basada en la intervención militar directa. En el caso afgano esto ha generado deponer al gobierno y que EEUU amenace hacer algo similar en Irak o Somalia. La segunda ha sido arrinconar a la principal insurgencia armada en occidente (el IRA) hacia definirse. La fuerza legal pro-IRA (Sin Feinn) detenta 2 de los 10 ministerios de Irlanda del Norte. El repudio de la masiva comunidad irlandesa estadounidense a la masacre de Manhattan y el temor a perder todo lo ganado en el proceso de paz si es que no empezaba a desarmarse conllevó al IRA a un paso histórico. Por primera vez inició la destrucción progresiva de su arsenal bélico con lo cual se ha evitado la defunción del proceso de paz. El proceso colombiano se encuentra entre ambas alternativas. Colombia y Afganistán son 2 países montañosos que tienen décadas de violencia política y son quienes encabezan mundialmente las exportaciones de la cocaína o la heroína. Mientras Afganistán era una teocracia jaqueada por diversos caudillos militares basados en etnias, Colombia es un país más industrializado y urbano, con una larga tradición parlamentaria y donde los grupos armados tienen programas sociales encontrados. Sectores ligados a la embajada estadounidense han querido asociar a las FARC con Bin Laden, pero hay pocas cosas en común. Los primeros son castristas seculares que proclaman una forma de socialismo y la emancipación de la mujer, mientras que los islamistas promueven un retorno a los califatos socialmente conservadores. Las FARC han tenido lazos con el IRA. Otras guerrillas colombianas (como el M19) acabaron integrándose al sistema. En Colombia e Irlanda del Norte hay la presencia de poderosos grupos paramilitares. Bajo la amenaza de destinar el Plan Colombia para una ofensiva total contra la guerrilla, las FARC se ven presionadas a seguir el camino nor-irlandés.