FICIALMENTE LA guerra iraquí ha acabado, pero una de sus consecuencias ha sido la de desatar una guerra interna dentro del laborismo entre el aparato partidario y el parlamentario que tuvo la oposición más radical contra la guerra dentro de ese partido. Se trata del George Galloway, representante del distrito de Glasgow Kelvin, quien ha sido suspendido oficialmente el 6 de mayo del partido laborista. La controversia que ha desencadenado gana los titulares de los principales diarios británicos.

De los 139 parlamentarios laboristas que votaron contra su gobierno ante la cuestión del ataque contra Irak, Galloway fue el único que llegó a defender abiertamente el derecho de los iraquíes para defenderse militarmente y que instó a las tropas británicas a que desobedezcan las órdenes impartidas de lo que él llamó un ataque ilegal. El incluso llegó a caracterizar al primer ministro de su país y al presidente estadounidense como ‘lobos’. Luego se retractó aduciendo que insultaba a esos animales.

Durante el conflicto muchos disidentes laboristas siguieron a los liberales. Mientras la guerra no estallaba se oponían a su declaración, pero una vez que ésta se lanzó se alinearon con la defensa de su propia patria. Galloway, en cambio, aparecía en distintas plazas llamando al pueblo y a la tropa de su país a rebelarse contra dicha invasión que él tildaba de criminal.

Galloway enfureció a los sectores más patriotas y al aparato laborista por sus declaraciones ante la TV de Abu Dhabi. Allí él sostuvo que ‘Irak está luchando por todos los árabes. ¿Dónde están los ejércitos árabes?’ ‘Si no es realista pedir a FFAA no iraquíes para ir a defender a Irak, si vemos regímenes árabes siguiendo enviando petróleo a los países que lo están atacando.’ ‘¿Cuándo los líderes árabes se levantarán? ¿Cuándo saldrán en defensa del pueblo iraquí?’

Galloway ha sido también acusado por el Daily Telegraph de haber estado bajo la paga de Saddam Huseein. Se menciona que él administraba un fondo para socorrer niños iraquíes por un valor de alrededor de £375,000 anuales (medio millón de dólares), el mismo que él en parte habría utilizado para una vida de lujos y viajes.

Los defensores de Galloway intentan llevar al principal diario conservador británico a la corte por injuria. En el Reino Unido ya son varios los casos en los que laboristas de izquierdistas han sido acusados con pruebas montadas de estar a sueldo de dictadores árabes. El líder de la huelga minera de 1984-85, Arthur Scargill, recientemente logró limpiar su nombre de tal acusación. Mientras algunas bases laboristas acusan al diario que hizo tales revelaciones de ser parte del grupo del Jeruslamen Post y estar asociado al Mossad israelí, las pruebas presentadas por el Daily Telegraph han causado impacto, y muchos medios piden que, aunque éstas se muestren ser dudosas, se requiere que Galloway esclarezca sus manejos económicos.

Algunos medios no sólo buscan sacar a Galloway del laborismo sino incluso del parlamento. La sanción impuesta por la dirección laborista tiende a bloquearle la posibilidad para ser re-electo. Dentro de unos seis meses los comités locales partidarios deben elegir quienes serán sus candidatos para las próximas elecciones parlamentarios del 2004-2005. Generalmente, los parlamentarios de un determinado distrito tenían garantizado su sitial permanente como representantes de su partido a menos que fueran rechazados por los electores o las bases partidarias. En el caso de Galloway no sólo se buscará hacer nominar a un candidato más proclive a Blair sino que su distrito electoral ha sido anulado como producto de una recomposición de los escaños asignados a la ciudad de Glasgow, que pasan de 10 a 7.

Galloway ha amenazado que él se presentará a las internas y si se le veta o las pierde él podría lanzarse como candidato independiente. Este es el camino que resolvió el ‘rojo’ Ken Livingstone, cuando fue vetado por el aparato laborista y luego decidió correr victoriosamente sólo hasta llegar a ser el primer burgomaestre de Londres.

Las posibilidades que Galloway tenga para ganar directamente las elecciones para parlamentario de Glasgow no son pequeñas. En las elecciones del primero de mayo un cuarto de los votos de esa urbe fueron a parar a fuerzas que están a la izquierda del laborismo, sobre todo a favor del Partido Socialista Escocés, de origen trotskista, quien se ha convertido en el principal fenómeno electoral escocés.

Galloway sostiene que él no quiere abandonar el laborismo para dejárselo a Blair y acusa al premier de estar siendo una suerte de Saddam que impone una dictadura contra su libertad de expresión dentro del partido. Sin embargo, dentro del oficialismo hay muchos sectores, incluyendo varios parlamentarios que votaron contra la guerra, quienes conciben que las posiciones y actitudes de Galloway son contrapuestas a los principios partidarios. Si Blair quiere disciplinar a su bancada, quien es acusado de haber sido portavoz de Saddam o Khadafi, es el blanco ideal.