por ISAAC BIGIO*
Elecciones españolas: baja de Aznar
AS ELECCIONES autonómicas y municipales españolas del 25 de Mayo se
dieron, al igual que sus similares británicas del primero de
mayo, poco después de acabar la guerra iraquí. Blair y
Aznar fueron los principales socios de Bush en el
consejo de seguridad para lanzar dicha invasión. Pese
a la relativamente pronta victoria militar esta no se
tradujo en victoria electoral.
En España el gobernante Partido Popular había ganado
las anteriores elecciones locales de 1995 y 1999. Esta
vez el opositor Partido Socialista Obrero Español tuvo
un ajustado triunfo con apenas unos 200,000 votos de
diferencia. Los socialistas han declarado que estos
resultados preparan las condiciones para que en el
2004 puedan ganar los comicios generales.
En la derecha, si bien se acepta el retroceso, existe
una suerte de alivio por el hecho que se contuvo un
posible mayor avance de la izquierda, se conservó la
alcaldía de Madrid (aunque no la región) y casi todos
los municipios que tenían previamente control.
La gran mayoría de autonomías y principales ciudades
seguirá en manos de las anteriores fuerzas. Izquierda
Unida siguió manteniéndose como tercera fuerza con un
6%. Tuvo avances en Córdova pero se ha mantenido
estancada. En ese sentido el mapa local no ha cambiado
mucho.
Han crecido fuerzas nacionalistas como el CHA aragonés
o el ERC catalán pero sobre todo el Partido
Nacionalista Vasco. Un elemento novedoso en Esukadi
fue la proscripción de la tercera fuerza electoral
vasca: los separatistas de Batasuna (y sus sucesores
AUB). Tres personas fueron arrestadas en los comicios
por distribuir volantes de AUB. La ausencia de los
radicales socialistas independentistas, acusados de
ser aliados del ETA, benefició a los nacionalistas
moderados y al considerable avance del voto
blanco/nulo.
Al cierre del proceso electoral 62 soldados españoles
murieron accidentalmente al estrellarse un avión que
los traía desde Afganistán. Este hecho podrá generar
más polémicas acerca de si sigue valiendo la pena
seguir arriesgando la vida de jóvenes en
intervenciones militares junto a los EEUU.
Aznar ha buscado hermanarse con Bush en su estrategia
global de dureza contra el llamado terrorismo, de
facilidades para los grandes capitales y de mayor
control sobre los inmigrantes latino americanos y del
tercer mundo. Las corporaciones españolas han avanzado
en su gestión en expandirse hacia Latino América. El
gasoducto boliviano-chileno será construido por un
consorcio anglo-estadounidense-español. Madrid ha
respaldado firmemente la nueva política de Bogotá de
ofensiva anti-guerrillera, y dentro de su país
promueve la ilegalización de toda fuerza acusada de
simpatizar con ETA.
La derrota de Aznar no ha sido tanta como la que tuvo
Blair el primero de mayo. Mientras en España el
oficialismo podría seguir siendo la primera fuerza en
controlar municipios, en Gran Bretaña el laborismo se
ha reducido al 30% de las concejalías.
Los partidos laboristas y populares se encuentran en
las finales de sus gobiernos. La guerra les ha
golpeado y el haber querido remover militarmente a
Hussein podría conducir ulteriormente a cambios dentro
de los mandatarios de Londres y Washington.
*Isaac Bigio es investigador y profesor de la London School of Economics & Political Sciences (LSE). Colabora en la BBC, El Comercio, La Opinión, CNI y otros medios.
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