LA BATALLA POR EL EURO

A MAYOR parte de Europa occidental tiene una moneda común. Gran Bretaña ha mantenido la independencia de su libra esterlina. Los que plantean preservar a la libra aducen que ello permite captar más depósitos internacionales debido a tasas de interés distintas y posibilita una independencia nacional más propicia para lidiar económicamente con EEUU o con las ex colonias. Los pro-euro conciben que si el RU entra a la nueva moneda habrá mejores oportunidades para hacer importaciones y exportaciones con el resto del continente, y que ello, además, ayudará a levantar a esta divisa como una de las dos más importantes del globo y con ello fortalecer la economía británica.

La cuestión el euro fragmentó profundamente a los conservadores. Mientras los últimos líderes tories han seguido el euro-escepticismo de Thatcher, los liberales se han transformado en el partido más pro-euro y los laboristas se mueven en esa misma dirección.

Blair quisiera que el RU adoptase el euro con un referéndum en su actual gestión. Sin embargo, la segunda persona más importante en el gobierno, Gordon Brown, jefe del tesoro, se opone a ello. Blair y Brown viven en la misma calle: Downing Street. Mientras el que reside en el número 10 de ésta (Blair) quiere convertirse en el hombre que hizo entrar al país en el euro, el ocupante del número 11 (Brown) en principio acepta ir al euro pero cree que el país aún no está preparado económicamente para tal eventualidad.

La pugna entre uno y otro está fragmentando al laborismo. La reciente renuncia de Clare Short, ministra de desarrollo internacional, ha sido vista como una maniobra de los brownistas para ir minando al premier a fin de preparar su reemplazo.

L PRIMERO de Mayo se realizaron las elecciones municipales para unas 10,000 concejalías en toda Gran Bretaña (excepto Londres). También se votó para la Asamblea de Gales y para el parlamento escocés. Lo que más destacó fue que dos tercios de la población no votó. El resentimiento contra la guerra y otras medidas blairistas hizo que muchas bases laboristas, sobre todo dentro de los dos millones de musulmanes, hizo que muchos electores no fueran a votar o lo hiciesen por otras fuerzas. Los laboristas perdieron la principal ciudad en disputa (Birmingham) y otras claves. Apenas obtuvieron el 30% de los votos y por primera vez en más de 7 décadas empataron el segundo lugar con los liberales. Los conservadores crecieron hasta adueñarse del 45% de las 10,000 concejalías que se escogieron.

En Gales y Escocia perdió votos la cabeza de la oposición (los nacionalistas). Gales fue el único país donde los laboristas crecieron a punto de controlar la mitad de la asamblea (la cual, incidentalmente, se ha convertido en la primera en el mundo con paridad entre hombres y mujeres). Esto se ha debido a que allí tuvieron un discurso más ligado al viejo laborismo protector de beneficios que al nuevo laborismo de Blair.

En Escocia la oposición a Blair fue capitalizada por las fuerzas que están a la izquierda del laborismo y los nacionalistas. Verdes y socialistas aglutinaron un sexto de los sufragios. El Partido Socialista Escocés fue la gran sorpresa al acercarse al 8% con un discurso que pide no restricciones a los emigrantes, eliminar la deuda externa e independizar escocia como una república socialista.

Mientras Escocia giró hacia la izquierda, Inglaterra lo hizo para la derecha. El fenómeno más sobresaliente ha sido que el Partido Nacional Británico obtuvo más del octavo de los votos en las pocas áreas donde se presentó conquistando más de una docena de concejalías. En su discurso plantea el poder blanco y deportar a inmigrantes.

L MINISTRO del interior británico, David Blunkett, quiere aprobar una ley que obligue a todos a tener un carné de identidad. Se dice que con ello se busca parar el número de solicitantes de asilo pero también va a buscar controlar a quienes perciben beneficios y a una serie de movimientos personales.

Los británicos siempre se han enorgullecido de las libertades y derechos cívicos que les ha posibilitado no portar con ninguna clase de esos documentos. Diversos organismos de derechos humanos están en contra pues en dichos carnés se registrarían desde números claves para acceso bancario y una serie de acciones donde su privacidad y libertad quedarían amenazadas.

La tesorería a cargo de Gordon Brown se niega a desembolsar los 1,600 millones de libras que costaría implementar ese proyecto. Blunkett pide que para bajar costos éstos sean transferidos a los ciudadanos a quienes se les obligaría a pagar 25 libras adicionales por éstos.

El costo de los carné de identidad supera los 2,000 millones de dólares, una cifra mayor a la de las divisas anuales que genera una gran parte de los países de América Latina y el Caribe.

NO DE los principales objetivos que se ha trazado el actual gobierno británico es el de disminuir el número de solicitantes de asilo. David Blunkett, ministro del interior, se enorgullece que las peticiones de asilo han bajado a casi la mitad desde 8,900 en octubre hasta 4,565 en marzo. Mas, su meta es reducir ello y para eso nuevas medidas se están planeando. Se piensa reducir la ayuda legal gratuita para la defensa de ellos. Se sugiere crear campos fuera de Inglaterra.

Los miles de refugiados que se producen cada semana en el mundo no son culpables de su penuria. Quizás la mayoría son víctimas de regímenes armados y financiados por EU, RU y la OTAN. Pese al peligro que resulta para muchos iraquíes, afganos o somalíes el retornar a sus tierras azotadas por guerras, el ministerio del interior niega muchas aplicaciones de asilo.

Diversos diarios conservadores, empezando con el tabloide The SUN, lanzan campañas contra los refugiados haciéndoles responsables de muchos problemas. Gracias a ese tipo de propaganda el partido que proporcionalmente más ha crecido en las últimas elecciones municipales en Inglaterra ha sido el neo-nazi Partido Nacional Británico (BNP).

Diversos estudios muestran que los inmigrantes del tercer mundo producen y levantan la economía. Por otro lado si el Reino Unido llegó a ser en una época la primera potencia industrial y económica eso se debe a que éste se valió de los recursos y de la mano de obra de sus colonias y acciones en los países de donde ahora provienen los refugiados. Además, gran parte de sus problemas de sobre-población fueron entonces superados gracias a que en muchas áreas del tercer mundo los británicos tenían todos los incentives para ir a vivir allí.

N ESTOS días hay cientos de miles de colegiales que deben dar los exámenes finales secundarios. La material que más nuevos estudiantes atrae cada año es el español.

Todos los niños en el Reino Unido al cumplir los 16 años deben escoger un número de materias para obtener el Certificado General de Estudios Secundarios (GCSE). Desde que el GCSE fue establecido en 1991/92 el único curso que ha virtualmente triplicado el número de quienes lo estudian y optan como su material final es el castellano.

A fines de la década pasada la Oficina Nacional de Estadísticas británica concluía que en los noventas mientras materias como economía habían caído a la mitad en su número de estudiantes, las de educación física y las de castellano habían duplicado su alumnado. Sin embargo, las cifras del 2002 muestran que la material que hoy cada vez crece atrayendo más y más estudiantes es el castellano.

En los exámenes de 1991/92 22,000 colegiales dieron sus exámenes finales en el curso de español. Seis años más tarde ese número había saltado a 44,000. En el 2002 el número de escolares que dieron sus exámenes finales en la material de castellano casi se TRIPLICO hasta llegar a 57,983. Según estas cifras del departamento de Educación y Empleo (DFEE) 33,999 de ellos fueron damas y 23,984 fueron varones.

En los últimos GCSE que se han dado se ha demostrado que el español se ha convertido en la tercera lengua extranjera más estudiada. Solo el francés y el alemán la superan. Ambos han sido las lenguas maternas de varias casas reales inglesas. El francés fue idioma oficial de la corte en el alto medioevo y la actual familia real proviene de Alemania. El francés es lengua oficial en una parte del Reino Unido (las islas del Canal) y en dos países que están al frente de la costa inglesa, mientras que el alemán se habla también al otro lado del litoral británico y en la tierra de donde se originaron los anglos.

En el 2002 hubieron 338,468 estudiantes que dieron sus GCSE en francés. Esto representa una baja frente a los casi 400,000 de 1995/96 y de los 350,000 de 1991/92.

En el 2002 hubieron 126,216 alumnos que dieron sus GCSE en alemán frente a 158,000 en 1998/99.

El español ha mostrado ser más popular que el galés, la lengua que se hablaba en Gran Bretaña antes de los anglos y que se mantiene como lengua oficial des y obligatoria en Gales.

En el 2002 hubieron más alumnos que pasaban el examen del castellano que de otras materias tradicionalmente importantes tales como química, literatura inglesa, música, física, biología o ciencias sociales.