por ISAAC BIGIO*
Los otros ecuatorianos
¿Sabía usted que el país con el mayor nivel de crecimiento en el mundo habla español?
IENTRAS ESPAÑA y América Latina han experimentado tasas de crecimiento pequeñas, nulas o negativas, hay una república hispana que ha sorprendido al globo con niveles de expansión anuales de dos dígitos. En menos de 5 años ha triplicado su producción. En 1996 su economía creció 30%, en 1997: 71.2%, en 1998: 22%, en 1999: 50%, en 2000: 16.9% y en 2001: 65%. Se trata de un país petrolero que está geográficamente ligeramente al norte del Perú.
Los habitantes de esta nación usan el apelativo de ecuatorianos pero no se trata de nuestros vecinos sino del último estado hispano en haber conseguido su independencia. Guinea Ecuatorial proclamó ésta en 1968, siendo una de las últimas colonias europeas en el África.
Los guineo-ecuatorianos habitan un desconectado abanico de islas en el golfo de Guinea y un enclave continental en Río Muni. De algunos de estos lugares partieron esclavos para Sudamérica. Su territorio del tamaño de Tumbes alberga medio millón de habitantes. Es el único país africano que habla oficialmente la lengua de Cervantes.
A mediados de los 1990s se descubrió allí el oro negro y esto generó un boom económico. Pese a esas riquezas, el Kuwait hispano sigue mostrando altos niveles de miseria. El 5% de su población gana 80 veces más que el restante 95%.
Mientras toda la hispanidad ha adoptado en algún momento formas de democracia representativa, Guinea Ecuatorial en sus 35 años de vida sólo ha conocido dos autócratas. El primero de ellos, Macías Nguema, condujo al exilio a un tercio de su población y estuvo asociado a Idi Amin y Bokassa. Su sobrino Teodoro Nguema lo ejecutó e hizo que su país se transformase en una dictadura pro-occidental.
Mientras Aznar ataca a Cuba de ser una dictadura en la hispanidad, tanto él como Chirac se disputan en el cortejo a Nguema. Esto, pese a que varias veces se han encontrado diplomáticos y ministros guineo-ecuatorianos con valijas diplomáticas llenas de droga, que han transformado la segunda isla del país (Annobón) en un lucrativo cementerio de basura tóxica y a que su indebida fortuna personal le ha convertido posiblemente en el hombre más rico del continente negro.
No existe ninguna entidad que aglutine a todos los países hispanos. Abandonados a su propia suerte el pueblo africano idiomáticamente más ligado a nosotros corre el riesgo de repetir la tragedia del desperdicio de sus riquezas naturales. El auge petrolero, que podría generar un modelo de crecimiento dentro de la hispanidad, puede acabar consolidando un modelo opuesto de expoliación.
*Isaac Bigio es investigador y profesor de la London School of Economics & Political Sciences (LSE). Colabora en la BBC, El Comercio, La Opinión, CNI y otros medios.
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