ESDE LOS 1980s Thatcher y Reagan fueron presionando al mundo para que adopte el modelo monetarista con democracias representativas. Tras el desplome de las economías planificadas el oriente giró hacia el mercado. Los partidos socialdemócratas, comunistas o guerrilleros fueron dejando sus posturas socializantes para adaptarse al liberalismo económico y político. Mientras el Este fue virando hacia el Oeste la izquierda se fue acercando a la derecha.

Muchos de quienes hace 2 décadas pedían ‘fuera yankis’ ahora piden ‘vengan yankis a invertir’. El ‘neo-laborismo’ de Blair y el ‘neo-izquierdismo’ de Lula y Mandela hoy implementan medidas que antes ellos consideraban abominables tales como privatizaciones y aperturas al capital extranjero. Washington ha dejado de patrocinar golpes anticomunistas. Las antiguas derecha e izquierda van convergiendo en sistemas de democracias liberales.

El descontento contra efectos de este nuevo realineamiento trata de ser capitalizado por nacionalistas étnicos, anticapitalistas, fundamentalistas religiosos y extremistas anti-inmigrantes.