por ISAAC BIGIO*
Entre el 11-S y el 11-M
N LOS 30 meses que median entre las masacres se han producido otros asesinatos en masa a lo largo del globo. Las invasiones y bombardeos a Iraq, Afganistán y Palestina, lejos de haber ido disminuyendo al fundamentalismo islámico, le han hecho crecer. Las “intervenciones para acabar con el terrorismo” producen “más terrorismo contra la intervenciones”.
Bin Laden necesita de adversarios halcones y por eso no es casual que sus matanzas las haya hecho poco antes de las elecciones en España y Rusia.
Al Qaeda -a diferencia del ETA, IRA, SL, MRTA o las FARC- no busca ganar a las poblaciones de los países donde ataca, a quienes considera sus enemigos. Al intentar producir la mayor cantidad de bajas civiles, quiere provocar más ataques contra países musulmanes para aparecer como los campeones del Islam contra los “cruzados”.
Una forma de evitar caer en ese juego es arrebatándole banderas, haciendo que las tropas de ocupación sean retiradas del mundo mahometano y que se democraticen y mejoren las condiciones sociales en que viven mil millones de musulmanes.
*Isaac Bigio es analista internacional. Es columnista de Correo, La Opinión y Noticias, los periódicos hispanos de mayor circulación en Perú, EE UU y Reino Unido. Ha obtenido grados y postgrados en historia y política económica en la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres, donde también ha enseñado Gobierno y Administración Pública en América Latina. E-mail: bigio2004@yahoo.com. Web: www.bigio.org
|