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 Domingo, 21 de abril de 2002

por ISAAC BIGIO*
Los judíos en la globalización

QUÉ SON y en que se distinguen los distintos tipos de judíos? ¿Cuál es la relación con Israel? ¿Cuáles son las condiciones en las cuales ellos podrían propserar?

En el mundo hay unos 15 millones de judíos. Casi la mitad de ellos vive en las Américas (sobre todo EEUU, y en menor medida Canadá, Argentina y Brasil), 4 ½ millones viven en Israel y los 3 millones restantes viven en lo que fue la Unión Soviética, Europa, Sudáfrica, Australia y otros países.

Los judíos son un grupo de raigambre religiosa. No tienen entre ellos una lengua, territorio o economía comunes. Lo que les une es su creencia o vinculación a una religión basada en el primer testamento. Los judíos no tienen un papa o autoridad suprema y tienen decenas de congregaciones con distintos ritos e interpretaciones de las escrituras.

Ellos han sobrevivido durante milenios rodeados de gente de religión distinta. Los nacionalistas sostienen que la supervivencia del judaísmo se debe a los propios valores culturales y a la fe judaicos. Los marxistas afirman que los judíos sobrevivieron como un pueblo-clase de mercaderes en una sociedad pre-capitalista que les empujaba a ocupar un nicho social pues estaban vetados de tener tierra o ser soldados. La influencia de la modernidad capitalista creó un nuevo reto para los judíos pues muchos empezaron a asimilarse a una sociedad que les abría las puertas.

Por otro lado, en Europa la paulatina destrucción de la vieja economía feudal engendró una reacción racista contra los semitas. La minoría judía se transformó en el chivo expiatorio, fue objeto de feroces represalias y de matanzas organizadas (pogromes). El hecho que la mayor parte de los judíos vivía en la pobreza o bajo el temor de la persecución conllevó a una multitudinaria inmigración al nuevo mundo.

LAS RAMAS JUDIAS

De acuerdo a sus orígenes y cánticos hay dos grandes ramas. La gran mayoría pertenece a la 'askenazi' (judíos de procedencia alemana y este europea), muchos de los cuales hablan yiddish (un germano antiguo escrito en alfabeto hebreo). La minoría está compuesta por los sefaradíes (judíos que provienen de la España mora y que se dispersaron sobre todo en el antiguo imperio turco) muchos de los cuales hablan el ladino, un español más puro que el nuestro. Hay también otras comunidades orientales ('mizrahim') y también de judíos chinos, indios y negros. Los falashas, por ejemplo, son judíos etíopes que practican un judaísmo antiguo previo al Talmud (el texto de interpretación de la escrituras redactado por los rabinos después de la destrucción del templo de Jerusalem).

Hay múltiples tipos de sinagogas. Los judíos ortodoxos no comen cerdo, mariscos y otro tipo de comidas caracterizadas como 'no kasher' ; no encienden nada durante los sábados; y rezan con ambos sexos de manera separada. Hay múltiples sectas ultra-ortodoxas, muchas de ellas emplean una vestimenta tradicional donde los hombres se visten con sacos largos de negro y las mujeres se ponen un velo sobre su pelo. Algunos tradicionalistas ni si quiera reconocen al estado de Israel pues conciben que todo intento de crear un estado judío sin que haya un mesías es una herejía.

En el último siglo han ido desarrollándose una serie de corrientes renovadoras. Los conservadores permiten que hombres y mujeres recen juntos. Los reformistas, además, permiten que se pueda comer de todo, prender artefactos durante los sábados o que haya rabinos mujeres o gays. Sin embargo, la sinagoga ortodoxa es la que determina quien son los judíos aptos para ser ciudadanos israelíes.

La gran mayoría de los judíos no va regularmente a la sinagoga y muchos de ellos no practican su credo o simplemente no son creyentes. Por paradójico que parezca pueden haber judíos ateos pues una persona aunque no crea en dios basta que haya nacido de una madre judía para que sea considerado como tal.

Muchos de los más grandes socialistas han sido judíos: Marx, Trotski, Zinoviev, Kámenev, Rosa Luxemburgo, etc. La principal organización que participó en la fundación del Partido Obrero Socialdemócrata ruso, del cual provendrían bolcheviques y mencheviques fue el Bund judío.

A diferencia de las grandes religiones (cristianos, musulmanes o budistas) la fe judía no es proselitista. En ese sentido el ser judío se hereda de la madre. Ese nexo de sangre es lo que hace que los judíos no sea un pueblo meramente unido por una fe. Hay quienes piensan que los judíos son o debieran ser una nación, aunque entre ellos no hay una comunidad de idioma o territorio. Actualmente el censo israelí clasifica como judíos no sólo a los practicantes y creyentes sino también a agnóstico de ascendencia judía. En suma, podríamos decir que los judíos son un grupo humano creyente o asociado a una tradición religiosa común.

LOS JUDIOS E ISRAEL

Hasta la segunda guerra mundial ni si quiera el 5% de la población judía mundial vivía en lo que sería luego el Estado de Israel. La mayor parte de ellos ansiaba ser considerados ciudadanos con los mismos derechos en sus países de residencia. Un sector de ellos simpatizaba con el socialismo creyendo que la única manera en la cual podrían acabar con toda discriminación sería remplazando al capitalismo por una sociedad de iguales, sin clases y estados. Una corriente minoritaria (el sionismo) propiciaba la creación de un estado judío, preferentemente en Palestina, que podría servir como un refugio para los perseguidos y para transformar a los judíos en una nación.

Los cambios producidos durante la segunda guerra crearon las condiciones para la creación del Estado de Israel. Todas las potencias coincidieron en que después del holocausto nazi de 6 millones de judíos éstos tenían derecho a tener su propio estado. El imperio británico no podía contener su imperio y necesitaba descolonizar el medio oriente y el sub-continente indio.

En 1947 las Naciones Unidas aprobaron la partición del territorio palestino en seis franjas: tres para Israel y tres para Palestina. Los palestinos se opusieron a dicho reparto pues aducían que ellos eran el 70% de la población y que se les daba menos del 50% de la tierra. Además denunciaban que los sionistas les habían ido despojando paulatinamente de sus tierras y que ellos solo empleaban trabajadores de su propia fé. Los israelíes lograron imponer su estado y ampliarlo. Países árabes vecinos entraron a guerrear con ellos y el resultado fue una nueva partición en la cual Israel absorbía la franja palestina de Galilea y otras áreas, Transjordania absorbía la franja de Cisjordania (cambiando su nombre a Jordania) y Egipto se anexionó la franja de Gaza.

En la guerra de 1967 Israel ocupó Cisjordania, Gaza, el Golán y Sinai. Para hacer las paces con Egipto Israel devolvió el Sinai y para llegar a un acuerdo final con Siria deberá negociar el Golán. El problema es que hacer con Cisjordania, Gaza y los refugiados palestinos.

Según los censos oficiales en Israel viven 4,6 millones de personas que son clasificadas como esencialmente judías y un millón de ciudadanos árabes israelíes. Además hay unos 3 millones de palestinos en los territorios ocupados y posiblemente otros 3 millones viviendo en la diáspora. Esto significa que en el territorio que posee o administra Israel hay aproximadamente un 55% de judíos y un 45% de árabes palestinos. Si se permitiese el retorno de un significativo porcentaje de la diáspora palestina se alteraría drásticamente la composición étnica del país. Israel, a su vez, está rodeado de más de 150 millones de árabes que tienen estados desde Marruecos y Mauritania hasta Irak y Omán.

LAS ALTERNATIVAS DE ISRAEL

Desde casi un principio los sionistas tuvieron problemas con los palestinos. Estos se agravaron a fines de los 1930s y en los 1940s. Los 55 años de existencia que tiene el estado de Israel han transcurrido en medio de constantes conflictos con sus vecinos y con los palestinos.

El territorio que posee u ocupa el estado de Israel sólo puede mantenerse unido sobre la base del total predominio de una etnia o basándose en una república secular.

Uno de los instrumentos que ha tenido Israel para consolidarse ha sido la inmigración judía. En medio siglo de vida este estado ha visto multiplicar en más de 7 veces su población judía. Las primeras olas inmigratorias las constituyeron judíos askenazis de Europa oriental. Luego vinieron las olas masivas de refugiados europeos del holocausto y el traspaso de la mayor parte de los judíos árabes hacia Israel. La ola más reciente ha sido la de más de medio millón de judíos de la ex Unión Soviética, muchos de los cuales no son nada religiosos y mantienen sus costumbres rusas.

Ha llegado un momento en el cual ya no hay muchos sectores judíos que puedan inmigrar a Israel mientras que hay problemas económicos en captar nuevos inmigrantes. Mientras la población judía de Israel va llegando a un techo existe el problema que hay 4 millones de palestinos en las zonas que detenta Israel y otros 3 millones en la diáspora.

La posibilidad que Israel se imponga permanentemente sobre el conjunto de los territorios ocupados implicaría constantes problemas con una apreciable minoría que ha encabezado años de resistencia (intifada). Las permanentes confrontaciones conllevan a un clima de inseguridad en la población israelí (la misma que suele ser afectada por atentados contra civiles), lo mismo que se traduce en problemas económicos.

Por otro lado la posibilidad de crear un estado puramente musulmán en la Palestina, tal cual es el designio del Hamas, resulta algo muy complicado. La sociedad teocrática que propugnan los islamistas implicaría una limpieza étnica que afectaría a 4,6 millones de judíos israelíes y también a cientos de miles de árabes que son cristianos, drusos, seculares, demócratas, izquierdistas o liberales. Este proyecto, además de conllevar a masacres, resulta difícilmente viable dado el contexto internacional de dominio unipolar de la potencia que apuntala a Israel.

Muchos israelíes han estado a favor de una paz hecha a partir de concesiones territoriales a los palestinos. Se piensa que a cambio de tierra se podría lograr estabilidad y progreso. Muchos inversionistas creen que si Israel redujese su tamaño pero se llevase bien con su entorno se podrían dar muchas condiciones para poder exportar capitales e inversiones en el medio oriente. Estos toman el ejemplo de Alemania y Japón, quienes cuando dejaron de lado su militarismo, pudieron expandirse económicamente en las regiones que antes quisieron someter a la fuerza.

La Organización para la Liberación de Palestina nació planteando la destrucción del estado de Israel al que veía como un enclave colonizador que expulsaba a los palestinos. Sostenía que su objetivo era una república democrática secular donde los desplazados árabes pudiesen retornar y volver a ser minoría y se integrara a los hebreos (aunque no a quienes tuviesen una mentalidad colonialista). Sin embargo, la OLP nunca pudo atraer ningún contingente hebreo algo significativo, algo distinto a los numerosos blancos que lograron integrarse al Congreso Nacional Africano de Mandela. Varias de las organizaciones de la OLP tendieron a enajenar a la población judía con atentados indiscriminados contra civiles.

Fuerzas minoritarias marxistas cuestionaban dicha violencia individual aduciendo que era contraproducente y proponían realizar una unidad por abajo entre trabajadores árabes y hebreos. Los más radicales decían que la única forma de llegar una Palestina laica unida era mediante una revolución social.

La OLP progresivamente se fue distanciando de sus objetivos iniciales hasta que a inicios de los 90 Arafat llegaría a reconocer al Estado de Israel a cambio que éste permitiese un estado palestino en menos de la cuarta parte del territorio que históricamente habían reclamado.

En el 2000 se llegó a una cuerdo de partición donde los israelíes hicieron numerosas concesiones. Entregaban la inmensa mayoría de los territorios ocupados y la administración de una parte de Jerusalem. Esto último era tabú para muchos sionistas que concebían que ésta es la capital histórica e indivisible del pueblo judío. Sin embargo, los palestinos exigen, además, su derecho a retornar a las áreas que poblaron antes de la guerra de 1947-48. Las negociaciones llegaron a un punto muerto.

En los palestinos existe la conciencia que ellos fueron desplazados de sus tierras por colonos provenientes esencialmente de Europa. La brecha social y cultural que hay entre judíos y no judíos se amplía. Los árabes son quienes encabezan la lista de los sectores con mayor índice de desempleo y más inferiores condiciones de vida en Israel. La población de los territorios ocupados tiene niveles aún más bajo, carece de ciudadanía y está bajo control militar.

En muchos judíos existe la conciencia que los palestinos no quieren la paz y que son un foco donde se anida el terrorismo.

Una alternativa es que en el actual territorio que ocupa Israel y que reclama Palestina se pueda estructurar una república unitaria y secular. Esto conllevaría a que por primera vez en dicho país existiese una constitución y un estado no confesional. También conllevaría a que las minorías cristiana o musulmana, que nunca han encabezado ministerios o tener generales, pudiesen incluso llegar a la presidencia. La convivencia entre judíos y musulmanes no es algo inédito pues ésta ha existido durante siglos en el medio oriente. La España, de la cual proviene gran parte de nuestra cultura, fue dominada durante 8 siglos por los moros que estaban compuestos a groso modo entre tres cuartas partes de mahometanos y un cuarto de israelitas. Se puede argumentar que el hecho que en el único territorio de mayoría judía se concediese plena igualdad de oportunidad a las minorías sería un aliciente para los judíos de la diáspora a exigir los mismos derechos en sus tierras de orígen.

Esta posibilidad aparece como utópica para el grueso de la población de ambas comunidades. Minorías radicales afirman que sólo podría darse mediante una alianza entre clases trabajadoras hebreas y árabes. Por el momento la tesis que cunde es la de una nueva partición.

Israel, bajo el mandato de Sharon, cada vez gira hacia querer hacer menos concesiones a los palestinos e incluso se plantea la posibilidad de desechar la Autoridad Nacional Palestina para dar paso a una serie de administraciones locales, las mismas que los nacionalistas palestinos tildan de nuevos batustanes a la sudafricana. Los palestinos se hayan escindidos entre que grados de concesiones hacer.

LOS JUDIOS EN EL MUNDO

Israel es el único país del mundo que se define como el estado de todos los miembros de un mismo credo. Sin embargo, es casi imposible que todos o la mayoría de los judíos puedan habitar Israel. Los judíos se han desarrollado culturalmente rodeados de otras comunidades y aportando como minorías a su entorno.

Los lugares donde los judíos más han progresado y dejado su impronta han sido en aquellas sociedades en las cuales se les ha permitido integrarse y aportar más. El caso de las Américas como el peruano es sintomático. En lo que fue la capital sudamericana de la Inquisición durante el último lustro ha habido una primera dama, un vicepresidente, un premier, un canciller y varios ministros y congresistas judíos.Pese a ser una exigua minoría una sociedad abierta les permite navegar con libertades y contribuir al desarrollo de sus pueblos.

Los judíos ansían no volver a conocer persecuciones o segregación y es por eso que en todos los lugares del mundo, incluyendo allí donde son mayoría, es en su propio beneficio el que deben bregar por la plena igualdad de todos los ciudadanos.


*Isaac Bigio es Investigador y professor de la London School of Economics & Political Sciences.

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