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 Domingo, 21 de abril de 2002

por ISAAC BIGIO*
El juicio a Azmi Bishara y la problemática de los israelíes no israelitas

I YASSER Arafat se ha convertido en el presidente de un eventual estado palestino, Azmi Bishara se está transformando en el principal representante político del más de millón de ciudadanos árabes israelíes que no serían integrados en dicho nuevo estado.

Bishara es un doctor en filosofía que llegó al parlamento israelí en 1996. Tres años después fue el primer árabe en candidatear para el premierato israelí. En 2001 encabezó el movimiento pro-boycot que fue seguido por el 85% de los árabes israelíes.

En Noviembre él fue defenestrado de su curul y en febrero se ha iniciado un juicio contra él. Se le acusa de subversivo por haberse solidarizado con la intifada palestina y la resistencia libanesa del Hizbola.

Bishara plantea que Israel debe cambiar su naturaleza. Este fue fundado como un estado para los 15 millones de judíos del mundo donde se excluían de ciertos derechos a sus ciudadanos no judíos. Ahora debería redefinirse como un estado para todos sus ciudadanos independiendientemente de su credo o etnia. Si los judíos de todo el mundo se han beneficiado del principio liberal que deben ser ciudadanos iguales, en el único país donde son mayoría deberían enarbolar dicho postulado democrático permitiendo que la quinta parte de su población (que no es judía) tenga plenos derechos.

Israel se jacta de que los únicos árabes del mundo que han podido votar ininterrumpidamente en los últimos 55 años son los que le habitan. Sin embargo, no hay un sólo árabe general, juez supremo o cabeza de un ministerio.

El grueso de las tierras árabes fueron tomadas por capitales hebreos. Casi medio millar de pueblos palestinos fueron despoblados o reocupados por colonos. Hasta los ochentas no se podían presentar partidos árabes en los comicios israelíes.

Los índices de mayor pobreza en Israel están dentro de los árabes quienes encabezan las poblaciones más apretadas. La mitad de los beduinos viven sin agua y electricidad y recientemente 12 kilómetros cuadrados de tierras cultivadas por ellos fueron envenenadas por Israel quienes les acusó de plantar sobre tierras estatales.

Diversas poblaciones árabes israelíes sufrieron pogromes a pocos días de haberse iniciado la intifada palestina.

Bishara quiere que Israel se convierta en una república multi-étnica secular y cree que si la mayoría judía acepta el derecho de la minoría árabe a ocupar todo puesto (incluso el premierato) se ayudaría a democratizar dicha sociedad y a integrar a Israel dentro del medio oriente.

Uri Avneri, el ex parlamentario hebreo dirigente de la coalición pacifista, está a favor de permitir que los palestinos puedan retornar a las tierras que hoy ocupa Israel y que sean indemnizados por habérsele expulsado u obligado a irse, pero cuestiona la tesis de un estado bi-nacional pues para él deben darse dos estados (cuyas capitales estén en Jerusalem) debido al carácter altamente nacionalista de palestinos de israelíes. Para él el binacionalismo ha fracasado en Yugoslavia y está consumiéndose en Canadá y Bélgica.

Para los marxistas palestinos la única forma de dar paso a un estado multi-étnico es destruyendo (y no transformando por dentro) a la 'entidad sionista' . Algunos radicales hebreos y árabes hablan incluso que sólo una federación socialista palestina o del medio oriente podría materializar ello.

La izquierda sionista originariamente planteaba la estructuración de un estado binacional pero lo hacía en los cuarentas cuando los hebreos eran menos de un tercio de Palestina y así pretendían convencer a la mayoría árabe que permitiese la libre emigración judía. Hoy ésta insiste en que Israel debe ser un estado para los judíos y que no se puede aceptar el derecho de los palestinos a retornar a sus tierras pues ello trastocaría la naturaleza del estado.

Los árabes israelíes tienden a ir creciendo en su porcentage dentro de la población así como en impacto en la política. Su tasa de crecimiento demográfico es mayor que la de los hebreos y si es que la derecha halcona lograse anexionar toda Jerusalem y diversos enclaves den los territorios ocupados unos 300,000 árabes más deberían pasar a ser nuevos ciudadanos israelíes. El problema de los más de 3 millones de palestinos que reclaman tierras dentro de lo que hoy es parte orgánica del estado de Israel y que podrían plantear su derecho a retornar es algo que agrava la cuestión de los árabes israelíes.

La única manera de ir alcanzando una solución al problema palestino-israelí pasa por ir democratizando y secularizando dicho territorio. Es en beneficio de los propios judíos en dichas tierras y en el resto del globo que se debe permitir que la minoría árabe sea plenamente integrada con el resto de la sociedad.


*Isaac Bigio es Investigador y professor de la London School of Economics & Political Sciences.

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