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 Análisis internacional | Miércoles, 3 de noviembre de 2004

por ISAAC BIGIO*
Bush ganó: ¿Por qué?

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La clave de la reelección presidencial radica en el incentivo del miedo y la paranoia. Lo que ha trabajado a favor de Bush es lo mismo que le ayudó a él a crecer tras el 11-S-2001
OS COMICIOS norteamericanos han concluido. Se sabe que Bush ha obtenido casi 4 millones más de votos que Kerry. Sin embargo, aún ninguno de los dos tiene los 270 miembros del Comité Electoral que se necesita para ser proclamado oficialmente presidente. Ohio representa la clave y allí, si bien Bush tiene una leve ventaja, los demócratas esperan que el conteo de algunas papeletas podría cambiar el resultado final no solo de ese Estado sino por ende de todo el país.

No se descarta la posibilidad que Kerry podría tener alguna chance para llegar a la Casa Blanca. Sin embargo, un hecho es claro: el presidente ha conseguido más del 51% de los votos, y ha conseguido una votación mucho mayor (tanto en número de sufragios como de porcentaje electoral) que lo que obtuvo en el 2000 o a lo que sacó su predecesor Clinton en 1992 y 1996.

Lo que a muchos comentaristas llama la atención es porque Bush ha sido capaz de tener tan alto apoyo. Los demócratas clamaban que mientras más gente fuera a sufragar más chances tendrían de vencer. Mas, ahora ocurre que en una de las elecciones más concurridas de la historia es cuando el ‘ogro’ Bush consigue más caudal electoral.

La mayoría del mundo no ha querido a Bush. Así lo han evidenciado numerosas encuestas hechas en muchos países. Solo Israel se definía contundentemente por él mientras que en Rusia, Polonia y otros pocos lugares Bush conseguía una leve ventaja en las muestras de opinión pública.

Pocas veces antes un presidente norteamericano ha concitado tantas movilizaciones contra él tanto interna como internacionalmente. La primera vez que en el mundo salieron a la calle 10 millones simultáneamente en varias ciudades fue para protestar contra Bush el 15 de febrero del 2003.

También se ha demostrado que las causas para la guerra contra Iraq fueron falsas. Todos los informes oficiales en Londres y Washington concluyen que Saddam desmanteló sus armas de destrucción masivas una década antes de la invasión del 2003 y que no había lazos entre él y Al Qaeda. En los días previos a la elección ha recrudecido la violencia y los secuestros contra extranjeros, la cifra de soldados norteamericanos caídos supera los 1,100 y una prestigiosa fuente científica concluya que los civiles iraquíes muertos desde el inicio a la invasión están entre los 100 y 200 mil personas.

Es mas, Osama sigue vivo. A 37 meses de haber organizado el macro-atentado del 11 de septiembre, él sale a la TV a reivindicar dicho atentado y a mostrarle a Bush y al mundo que él sigue complotando impune contra él.

La economía norteamericana anda mal. Bush es el primer presidente en mas de 7 décadas con el cual se ha producida una disminución neta de empleos y los sistemas de salud y educación públicos están deteriorados.

Encima, Bush perdió los tres debates presidenciales.

Dentro de las minorías (afro-americanos, latinos y asiáticos) así como entre los homosexuales Bush no es popular. Su rival Kerry, según CNN, ha tenido más impacto que él en el voto femenino.

¿Cómo es posible que en esas circunstancias él pueda ser re-electo?

La clave de la reelección presidencial radica en el incentivo del miedo y la paranoia. Lo que ha trabajado a favor de Bush es lo mismo que le ayudó a él a crecer tras el 11-S-2001. Entonces él era un presidente impopular que llegó a la Casa Blanca habiendo perdido y frente a protestas en las calles. Lo que le levantó fue el aparecer como el mandatario capaz de vengar a EEUU del ataque fundamentalista islámico y restituir el rol de su nación.

Bush ha capturado ese sentimiento que dice: Somos una nación atacada y para defendernos debemos ir a la ofensiva y enfrentarnos solo al mundo si es necesario.

El ha cabalgado sobre una inmensa ola de patriotismo. Arnold Schwarzeneger, el gobernador de California, sostiene que republicanos son aquellos que creen que la democracia del mundo no depende de la ONU sino de EEUU.

La hostilidad del mundo hacia Bush ha sido manejada por él en casa buscando una reacción positiva hacia él. El mundo debe entendernos -parece ser su mensaje- y ser moldeado según nuestras necesidades.

La idea que nuestra defensa es lo primero y por ello podemos atacar otros países, es algo que ha levantado previamente al israelí Sharon y a otros gobernantes nacionalistas.

Bush logró eludir el debate sobre la economía y el deterioro social interno. Evitaba hablar de porqué el desempleo había crecido con su administración o sobre los lazos de él con las corporaciones a las que, además, bajaba impuestos. Al centrarse en el tema Iraq sabía que Kerry, pese a todo lo que podría atacarle por sus fallas y falsedades, se montaba sobre una preocupación en el norteamericano medio: el temor.

El video de Osama presentado 5 días antes de los comicios tendió a favorecer a Bush. Si bien Kerry sacó en hincapié que Bin Laden sigue vivo y que Bush perdió energías y tiempo al bombardear Iraq haciendo que él crezca, Bush volvió a recalcar al público que el archi-enemigo sigue vivo y que se requiere de él para matarlo.

Paradójicamente tanto Bin Laden como Bush se necesitan. El líder fundamentalista musulmán quiere un fundamentalista cristiano en la casa Blanca para así galvanizar al mundo mahometano tras él y aparecer como el ‘Che Guevara’ islámico. Bush necesita a su ex socio para promover sus políticas duras y neoconservadoras.

Bush promete firmeza y consecuencia. Su rival, en cambio, era presentado como oscilante y dubitativo.

El patriotismo se combinaba con la reivindicación de los valores morales de la sociedad blanca anglosajona tales como el culto a los matrimonios heterosexuales y la hostilidad al aborto. Millones de cristianos evangélicos y católicos sintieron su mensaje.

La base de Bush ha sido el electorado del interior del país más apegado a conservar lo existente y con una mirada más ‘retrógrada’ mientras que Kerry se ha apuntalado en los bolsones ‘metropolitanos’ del este y el noroeste más liberales y preocupados por la imagen internacional de su país.

Norte América se polarizó entre los ‘retros’ y los ‘metros’. Bush supo lograr la victoria de los primeros debido, entre otras cosas, a las oscilaciones de quien comandaba el segundo campo.

La base del electorado bushista han sido los blancos machos.

Algo interesante es que ha logrado crecer dentro de los hispanos. Posiblemente haya sobrepasado el tercio del voto latino, lo cual es un gran mérito. Ello se debe a sus esfuerzos por hablar en castellano, su experiencia como gobernador de un territorio exmejicano, por presentar familiares latinos y por ofrecer concesiones inmigratorias o valores morales a esa comunidad, mientras que el nortino Kerry no supo afianzarse en este sector.

La estrategia demócrata creyó que la mejor manera de deponer a Bush era evitando un candidato polarizante como Howard. Al escoger a Kerry, un hombre que había estado inicialmente a favor de la invasión y sin claro filo, pensaban que podían ganar al medio. Tal como este autor lo predijo inicialmente: el eclecticismo de Kerry, si bien podría cosechar inicialmente muchos votos a la larga podría ser el mejor arma de Bush.

Una candidatura que hubiese cuestionado no solo el estilo sino la concepción de Bush de poder querer entrar unilateralmente a otros países y su doctrina económica, hubiera polarizado aun más, pero hubiese permitido una movilización más entusiasta contra él y una alternativa más nítida y diferenciada.

Kerry no fue ni cherry ni curie. No era ni dulce ni picante. Había apoyado la invasión a Bagdad pero luego se arrepentía. Cuestionaba a Bush por militarista pero también por disminuir las tropas en el exterior. Estaba contra los matrimonios de un mismo sexo pero por las uniones sexuales homosexuales.

Los demócratas han perdido las elecciones. Esta vez no han quedado medio millón de votos por encima de Bush sino 4 millones tras él. Ya no le pueden echar la culpa a el de su derrota. Nader hoy ha sacado casi nada.

Tal ha sido la polarización en juego que esta termino anulando a un tercer candidato. Nader tal vez no llegue al 0.5% y quede 5 veces inferior al 2000. Él fue victima de la apotema que reza ahora se trata de deponer a Bush y cualquier otro voto que no sea por Kerry favorecerá al mandatario.

Los resultados electorales producirán un giro en la situación mundial consolidando las políticas de intervensionismo unilateral.

Dentro de los adversarios externos de Bush habrá dos tipos de reacciones. Por un lado existirá un sentimiento de frustración por que no se le ha removido. Por otro lado en algunos de esos sectores abra un cierto alivio pues conciben que la manutención del actual presidente es lo mejor que puede pasar para continuar haciendo que EEUU se desacredite o aísle internacionalmente.

Una administración demócrata, por ejemplo, hubiese sido capaz de presionar a Francia y Alemania a enviar tropas a Iraq. La retención de la Casa Blanca en manos de su actual ocupante evitaría tal posibilidad.

Si Bush sigue encabezando Washington es posible esperar distanciamientos con la Unión Europea e incluso con países latinoamericanos.

Es interesante ver como las elecciones que se dieron dos días antes de las norteamericanas en 4 naciones sudamericanas fortalecieron a las corrientes mas criticas a Bush. En el día de las brujas triunfaron los chavistas venezolanos, la izquierda ganó por primera vez la presidencia uruguaya, en Brasil el Partido de los Trabajadores avanzó nacionalmente (aunque perdió sus bastiones Sao Paulo y Porto Alegre) y en Chile ganó Lagos mientras creció la izquierda extraparlamentaria.

Existe aún una posibilidad que Bush no llegue a la presidencia debido al sistema norteamericano que ahora podría trabajar en su contra (como en el 2000 lo hizo en su favor). Mas, algo que debe quedar claro es que él ha ganado una amplia votación.

Si retiene la Casa Blanca lo hará con más autoridad y firmeza. Él sabe que las razones de su triunfo consisten en apostar al patriotismo y que el intervencionismo le ha dado buenos resultados.


*Isaac Bigio es analista internacional. Es columnista de Correo, La Opinión y Noticias, los periódicos hispanos de mayor circulación en Perú, EE UU y Reino Unido. Ha obtenido grados y postgrados en historia y política económica en la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres, donde también ha enseñado Gobierno y Administración Pública en América Latina. E-mail: bigio2004@yahoo.com. Web: www.bigio.org

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