A MUERTO Juan Pablo II, el papa moderno que más duró
en dicho cargo. El Vaticano debe elegir en las próximas semanas
a quien le suceda. Para ver quien puede acabar liderando la principal iglesia
mundial es necesario evaluar la obra del recientemente fallecido sumo pontífice,
ver la estrategia de la ‘Santa Sede’ y quienes pueden elegir al nuevo
jerarca de 1,100 millones de católicos.
En 1978 Roma eligió a su primer papa no italiano en cuatro siglos
y medio. El polaco Karol Wotjyla fue nominado por que El Vaticano quería
desarrollar una clara política. Para la iglesia su principal competencia
era el avance del ‘socialismo ateo’. Los comunistas postulaban ir hacia
una sociedad sin clases y religiones e históricamente consideraban
al clero como un residuo del feudalismo.
Los cardenales al ungir a un polaco como su cabeza fueron muy clarividentes.
Polonia era el país que tenía más católicos
dentro del llamado ‘bloque socialista’ y era, además, el centro
de muchos descontentos (que iban desde que en 1944 Stalin dejó que
Hitler masacrase la Comuna de Varsovia).
El papa polaco fue clave en lograr que por primera vez la rebeldía
contra el autoritarismo del partido único oficial no fuese capitalizado
por disidentes comunistas (como había pasado desde Alemania 1953
hasta Checoslovaquia en 1968) sino por el clero y sectores abiertamente
pro-mercado.
Cuando en 1980-81 muchos millones de unen al sindicato Solidaridad,
la iglesia se encarga de evitar que éste postule una democratización
o radicalización de la economía planificada estatizada, y
que, mas bien, pugne por desmantelar ésta para abrir paso al mercado,
la empresa privada y una democracia ‘capitalista’ a la occidental.
Si Bush y Thatcher lograron cercar al bloque soviético, Juan
Pablo II fue esencial en crear una base social de masas anticomunista que
partiese del eslabón más débil (Polonia).
Juan Pablo II fue un tradicionalista moderno. Ninguna otra figura religiosa
hasta hoy se ha valido de medios tan avanzados de comunicación y
transporte para viajar por todo el globo. Sin embargo, ello fue hecho para
reforzar las doctrinas más conservadores dentro del catolicismo
favoreciendo a la derecha eclesiástica (como el Opus Dei) en desmedro
de los jesuitas, los ‘socialistas cristianos’ o la ‘Teología de
la Liberación’.
Mientras la iglesia cristiana más parecida a la romana (como
es la anglicana) aceptaba ordenar mujeres y gays, el papa ha reforzado
la tesis que solo hombres no casados tenga el monopolio del sacerdocio.
La doctrina católica se ha mantenido hostil al aborto, la eutanasia,
cualquier forma de preservativos y la homosexualidad. El rechazo a los
condones es particularmente significativo debido a la escala del SIDA.
Pese a que en muchos aspectos el conservadurismo moral del papa coincidía
con el de los neo-conservadores de Bush hay entre ambos una significativa
diferencia. Juan Pablo II no compartía la tesis de que una super-potencia
liderase el globo y tuviese licencia para invadir países. Roma rechazó
el ataque a Bagdad, mantuvo acercamiento a los palestinos y proponía
formas de proteccionismo estatal y social. Washington, quien no confiaba
en el papa fue promoviendo en Latino América el acelerado crecimiento
de evangelistas ligados a la nueva derecha.
Hoy, al escoger un nuevo papa los cardenales no han de buscar uno que
se centre en combatir al debilitado ‘socialismo ateo’. Ahora los
adversarios de la iglesia son agnósticos y liberales, el masivo
crecimiento del Islam (la religión que más adeptos recluta)
y las sectas cristianas centradas en Norteamérica (las mismas que
han sido fundamentales en lograr la re-elección de Bush).
Resulta muy difícil que el nuevo papa sea uno liberal. Esto,
aunque la constante deserción de decenas de miles de sacerdotes
que quieren desposarse y a la escasez de curas, podría empujar más
adelante a que la iglesia contemplase aceptar reformas que anglicanos o
sinagogas conservadoras han tomado al ordenar sacerdotisas.
El Opus Dei ha ganado fuerza. Entre sus favoritos está
Dionigi Tettamanzi, el principal cardenal italiano, Angelo Sodano,
secretario de Estado del Vaticano, o el austriaco Christoph Schönborn.
Existe la posibilidad que esta vez pudiese haber un papa del Tercer
Mundo (de donde provienen dos de cada tres católicos). Francis
Arinze, un conservador nigeriano, tiene chances de ser el primer papa negro.
Dos cardenales latinoamericanos también están voceados (el
hondureño Oscar Rodriguez Maradiaga y el brasilero Claudio Humes).
Difícilmente el nuevo sumo pontífice reine tanto tiempo
como Juan Pablo II. El podrá continuar con la escuela de seguir
viajando mucho (tal vez llegando incluso a visitar China). Su prioridad
ya no es enfrentarse a la izquierda sino mantener y expandir sus bastiones
en Latino América (frente a los protestantes pro-EEUU), en África
y Asia (frente al agigantamiento de Islam) y en Europa (ante una ola de
mayor apatía religiosa).
*Isaac Bigio es analista internacional. Es columnista de
Correo,
La Opinión y
Noticias, los periódicos hispanos de mayor circulación en Perú, EE UU y Reino Unido. Ha obtenido grados y postgrados en historia y política económica en la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres, donde también ha enseñado Gobierno y Administración Pública en América Latina. E-mail:
bigio2004@yahoo.com. Web:
www.bigio.org