por ISAAC BIGIO*
El oficialismo israelí vota en contra de cualquier forma de estado palestino
L LIKUD, partido del gobierno de Israel, acaba de votar una resolución oponiéndose a la creación de cualquier tipo de estado palestino. El primer ministro Ariel Sharon fue derrotado por la propuesta más dura aún del ex-premier Benjamin Netanyahu.Casi la mitad de los 2,500 miembros del comité central del Likud no acudieron al decisivo evento y de los asistentes 696 votaron en contra de establecer cualquier tipo de estado árabe al 'este del río Jordán' y 465 votaron en favor de aceptar alguna posibilidad que ello ocurra.
La opinión de la mayoría de los cuadros del partido oficialista es que un estado palestino sería un enclave terrorista que buscaría minar a Israel y que lo que más se le podría dar a los árabes es formas limitadas de auto-gobierno.
El problema que tiene Israel es el siguiente. En los territorios bajo su control viven 4,6 millones de hebreos y más de 4 millones de árabes. Sólo un millón de árabes tienen derecho a ser ciudadanos, poder votar y ser electos (aunque nunca ha habido ningún ministerio o división armada bajo el comando de un cristiano o un musulmán). Los otros 3 millones viven desde hace 35 años (casi dos tercios del tiempo que existe el estado de Israel fundado hace 55 años) bajo ocupación militar y sin tener derecho a la ciudadanía.
Menahem Beguin, el líder histórico del Likud, tenía la tesis que Israel podría absorver Cisjordania y Gaza, tal como lo hizo en relación a otras zonas palestinas anexadas tras la guerra de 1947-48, pero debía darle a los árabes el derecho a escoger si quisieran ser ciudadanos de Israel o de Jordania. Mas, Jordania se ha desentendido de los palestinos y éstos han adquirido su propia identidad nacional.
Si Israel anexase Gaza y Cisjordania debería darle la ciudadanía a sus pobladores no judíos. De hacer ello Israel se convertiría en un estado donde el 45% de su población no fuera del credo oficial. El alto crecimiento demográfico palestino implicaría que antes del final de esta década la mayor parte de la población de dicho estado sería compuesta por árabes no judíos. Algunos sionistas objetan a la derecha israelí pues creen que si no se renuncia a los territories ocupados al final Israel quedaría 'arabizado' y perdiendo su identidad inicial.
Para evitar darle ciudadnía a los palestinos Israel tendría dos opciones: crear enclaves aislados de semi-soberenía palestinas, o expulsar al grueso de la población no judía. La primera opción sería una variante del sistema de los bantustanes que Sudáfrica trató de imponer para aislar y dividir a su población negra. La segunda opción conllevaría a la mayor limpieza étnica que se diera en el mediterráneo desde hace más de medio siglo. Este proyecto es el que plantea el Bloque Unidad Nacional del gabinete de Sharon y cuenta con la simpatía expresa de Dick Arney, líder republicano de la cámara de los representantes de EEUU. George Busch está, en cambio, a favor de un estado palestino.
El primer camino mostró su invabilidad en Sudáfrica y conllevaría a un constante resentimiento y fuentes de violencia. El Segundo camino conllevaría a una guerra interna y externa en la cual Israel difícilmente tendría todas las de ganar. Además, dejaría mal parados a la mayor parte de los judíos del mundo (que viven fuera de Israel) pues se podrían dar muchos estallidos de fobia contra ellos diciéndoles que ellos deben merecer el mismo trato que las minorías cristianas y musulmanes vienen recibiendo por parte del estado sionista.
El crecimiento de las opciones radicales dentro de la derecha sionista está conllevando al crecimiento del ala pacifista de la izquierda israelí así como a los movimientos pro derechos de los ciudadanos > árabes en Israel. El Sábado 11 de mayo más de 100,000 israelíes marcharon en Tel A Viv pidiendo la retirada de las FFAA de su país de los territorios ocupados y el inmediato establecimiento de un estado palestino en éstos haciendo que Jerusalem sea la capital de los dos estados.
El hecho que el oficialismo adopte una posición aún más halcona podría poner a Sharon en la cuerda floja. Por una parte él es rechazado por el mundo árabe y por amplios sectores pacifistas hebreos, y por otro lado él es visto como 'moderado' por los aliados ultra-derechistas del gobierno y por su camarada de partido Netnyahu quien quisiera remplazarlo en la jefatura del Likud y en el premierato. El giro hacia una actitud más intransigente podría llevar al rompimiento de la coalición entre la derecha y los laboristas. El canciller laborista Simón Pérez abiertamente promueve un acuerdo en base a declarar un estado palestino y ha lamentado las decisions del Likud. Presionado por sus militantes pacifistas que participan en las marchas contra la ocupación, el laborismo pueda acabar dividido o separándose del gobierno.
El acentuamiento de posiciones duras en el oficialismo puede llevar a una polarización interna de la sociedad israelí, la misma de la cual podrían sacar ventajas los distintos movimientos palestinos anti-sionistas.
*Isaac Bigio es Investigador y professor de la London School of Economics & Political Sciences.
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