por ISAAC BIGIO*
Holanda: un muerto gana al gobierno socialdemócrata
AS ELECCIONES holandesas al igual que las francesas han marcado una tendencia similar: la socialdemocracia pierde votos y el poder, se castiga a los co-gobernantes partidos de centro-izquierda y centro-derecha, y crecen los extremos.
En ambos países se ha registrado un masivo nivel de afluencia a las urnas. El 5 de Mayo los franceses fueron a votar en masa contra la extrema derecha. En Holanda, en cambio, fue la nueva ultra-derecha la que captó la nueva ola masiva de votantes.
Al día siguiente que muchos celebraban la derrota de Le Pen se produjo el primer crímen politico en Holanda en los últimos 4 siglos. La muerte del islamo-fóbico Pim Fortuyn produjo una gran corriente de simpatía.
El resultado ha sido que un muerto ha devenido en el triunfador de los comicios. Es la primera vez que en el primer mundo llega tan lejos una lista improvisada cuyo único nombre y punto de unidad era el de un caudillo. Fortuyn al igual que Fujimori era un académico populista de derecha que saltó al estrellato de repente denunciando a la partidocracia oficial.
Fortuyn representa una extrema derecha 'post-moderna' . Sin tener la herencia de los partidos fascistas totalitarios, racistas, homofóbicos y antisemitas que tienen los xenófobos en Francia, Italia, Austria y Alemania, Fortuyn propone una política de cero emigración. Económicamente es un ultra-liberal que quiere despedir un cuarto de los trabajadores públicos, y eliminar subdios y la aviación y el ejército. Era el primer líder que abiertamente proclamaba ser un gay promiscuo que pudo llegar a ser mandatario. Sutilmente expresaba al racismo. Su segundo fue un joven negro africano emigrante del Africa. Fortuyn no proponía echar a los extranjeros sino asimilarlos y detener nueva emigración.
Al igual que en Francia, Italia, Austria y Dinamarca la centro-derecha sacarà provecho. La Democracia Cristiana volverìa a gobernar Holanda.
Tanto en Francia como en Holanda ha perdido una socialdemocracia que se movió al centro aplicando medidas neo-liberales. El voto castigo ha sido canalizado por el avance del nuevo populismo anti-inmigrantes así como de la izquierda dura opuesta a las privatizaciones y a recortar el gasto social. Si en Francia crecieron los verdes y los trotskistas, en Holanda la Izquierda Verde y el Partido Socialista han aumentado significativamente su votación a costa del laborismo.
*Isaac Bigio es Investigador y professor de la London School of Economics & Political Sciences.
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