por ISAAC BIGIO*
La victoria de Chirac
A DERECHA ha ganado las elecciones legislativas del domingo 9 de mayo. En Francia primero se elige al presidente y luego al parlamento. Ambos comicios se dan en dos vueltas. En la segunda vuelta de las presidenciales compiten los dos candidatos que inicialmente alcanzaron más votos, mientras que en las legislativas tercian todos aquellos candidatos que obtuviesen el respaldo de más de un octavo de los registrados.
La ronda final de las legislativas galas se dará el domingo entrante (16 de junio), pero ya se prevee que los conservadores, pese a contar con el 44% de los sufragios, podrían ganar entre el 60% y el 70% de los curules. La izquierda con un 36% podría conseguir el resto de las bancadas. La extrema derecha anti-inmigrante aglutinó un 12%, pero, no conseguiría ni el 1% de los parlamentarios.
Chirac está a punto de lograr su ansiada mayoría congresal con lo cual evitaría repetir la co-habitación en la cual durante un quinquenio se vió obligado a dejar que el gabinete esté en manos del bloque izquierdista que controlaba el poder legislativo. Así, él ahorá estaría en condiciones de aplicar firmenente su programa.
Este es un triunfo significativo para un presidente que había quedado tan mal parado en la primera vuelta de las presidenciales de abril. Entonces Chirac había sido el primer candidato presidencial francés que ganaba una primera vuelta obteniendo menos de un quinto de los votos válidos y de 6 millones de papeletas. Hace menos de dos meses él estaba muy desgastado por acusaciones de corrupción y mentira.
Chirac supo sacar ventaja que Le Pen desplazó a los socialistas en la segunda vuelta. Habilmente polarizó al país entre aquellos que estaban con la ultra-derecha xenofóbica y quienes tras él defendían a la república. Sus enemigos de izquierda y derecha le lavaron su desacreditada imagen y llamaron a votar por él. El primer domingo de mayo él llegaría a aglutinar más de 25 millones de votos y el 80%, convirtiéndose en el presidente europeo más votado de la historia.
La izquierda se equivocó al pensar que al haber hecho campaña por Chirac podría capitalizar el sentimiento anti-racista. Chirac astutamente sacó provecho del inicial endorse de la izquierda para re-legitimizarse y decirle al resto de la derecha francesa que necesitaba unirse para evitar otra co-habitaciópn que conduzca a nuevas frustraciones.
Los conservadores franceses inflaron el peligro de Le Pen para poder aparecer como los abanderados de la democracia y para poder adoptar medidas duras contra el crimen y la inmigración aduciendo que así toman en consideración las inquietudes del electorado lepenista.
Los socialistas han sufrido una mezcla de derrota con victoria. En la primera vuelta presidencial de abril el entonces premier Juspin apenas conquistó el 16%. Ahora tras aglutinar algunas siglas menores los socialistas han obtenido el 26,5%. Este crecimiento de un 10% lo han hecho básicamente a expensas de la izquierda revolucionaria y de los socialistas nacionalistas. Los socialistas, después de haber promovido desde el gobierno privatizaciones y una agenda social-liberal, decidieron dar un giro a la izquierda oponiéndose a nuevas privatizaciones. Con ello buscaron recapturar su histórica base social.
La extrema izquierda trotskista quedó mal parada. En la primera vuelta presidencial sorprendieron atrayendo más del 10% de los votos, convirtiéndose en la primera fuerza electoral marxista europea. Sin embargo, ahora han perdido más de dos tercios de éstos. Los trotskistas perdieron fuerza por su incapacidad para unirse y por que en la segunda vuelta presidencial se dejaron llevar por la marea del voto por Chirac.
Chirac ha mostrado una gran capacidad para recuperarse. Primero us> ó a Le Pen para debilitar a los socialistas, luego usó a la izquierda para derrotar a la ultra-derecha. Habiéndose vuelto a potenciar logró atraer a algunos antiguos simpatizantes de la extrema derecha y, al empujar a los socialistas a la izquierda, socavó a los comunistas revolucionarios.
*Isaac Bigio es investigador y profesor de la London School of Economics & Political Sciences (LSE).
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