CRISIS DE IRAK
por ISAAC BIGIO*
¿Occidente contra su cuna?
OS ENCONTRAMOS a puertas de una guerra contra Irak. Sin embargo, en toda la discusión que hay al respecto hay un hecho que es poco abordado. Se trata de la amenaza real sobre uno de los mayores patrimonios de la humanidad.
El país que hoy es descrito como la principal amenaza para las potencias occidentales es la cuna de la civilización occidental. Irak ocupa el espacio de la Mesopotamia, el valle compuesto por los dos ríos confluyentes Tigris y Eufrates donde se erigieron las primeras ciudades, y nació la escritura y la agricultura.
Los sumerios, quienes habitaron el sur de Irak, por donde deberán pasar las tropas occidentales que entren por Kuwait, fueron la primera civilización. Sus urbes precedieron en milenios a Stonehage u otras edificaciones europeas.
Babilonia (al centro de Irak) y Asiria (al norte de Irak) llegaron a ser los imperios más importantes de su época, en la antigüedad. Más tarde Bagdad se convirtió en un centro del islamismo, quien llegó a ser la civilización occidental más avanzada. En Irak se encuentra el monasterio cristiano más antiguo y también, muchos piensan, el árbol de Adán y Eva pues se sostiene que el Edén estuvo en dicha cuenca fluvial.
Mientras las pirámides de Egipto, la muralla china, Machu Pichu o Roma son asiduamente visitadas y hay grandes fondos para investigaciones y atraer turistas, las ciudades mesopotámicas, quienes aún puede ser más añejas, se mantienen abandonadas y con alto riesgo de acabar pulverizadas con la mayor guerra del tercer milenio.
Gran Bretaña dominó la Mesopotamia entre las 2 guerra mundiales. Varios de sus arqueólogos revelaron sus secretos. Grandes murales asirios han sido sacados de sus templos originarios y hoy se exhiben en el Museo Británico, junto a otras piezas que el mayor imperio ultramarino tomó de sus antiguas colonias.
Se especula que las tropas de Hussein pueden buscar protección cubriéndose en las inmediaciones de diversos monumentos históricos. Las bombas Œinteligentes¹ y las intervenciones puramente militares han mostrado que muchas veces los grandes blancos son civiles y edificios históricos.
Lo paradójico es que dentro de unas semanas Bush llame a defender los valores de dios y la cristiandad bombardeando al paraíso originario. Las grandes potencias occidentales bien podrían lanzar una guerra llamando a defender la civilización mientras acaben destruyendo los irrecuperables vestigios históricos de lo que fuera el origen de su propia cultura.
*Isaac Bigio es investigador y profesor de la London School of Economics & Political Sciences (LSE). Colabora en la BBC, El Comercio, La Opinión, CNI y otros medios.
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