Lunes, 20 de octubre de 2003

COLABORACIONES
El cómic arrasa en las pantallas
por Gabriel del Valle*

Tras Spiderman, Daredevil, X-Men 2, y el reciente estreno Hulk, la industria cinematográfica ha encontrado la gallina de los huevos de oro en el cómic. La explicación a este fenómeno se debe a lo siguiente: el desarrollo de la tecnología que permite crear escenas que antes no hubieran sido posibles, el agotamiento de ideas, y la principal razón es el éxito en taquilla. Mientras se recaude dinero se seguirán produciendo sin descanso películas de estos seres fantásticos. Los 4 fantásticos, El motorista fantasma y The Punisher, son algunos de los próximos proyectos para trasladar al cine.

La última película sobre superhéroes Hulk, dirigida por Ang Lee (Tigre y dragón, El banquete de bodas) es una versión moderna del doctor Jekyll y Mister Hyde, que representa lo oculto que hay en nuestro interior. El científico Bruce Banner (interpretado por el australiano Eric Banna, actor todavía desconocido en nuestro país) es un científico acostumbrado a reprimir sus emociones y que, debido a un experimento, en situaciones extremas se convierte en un coloso verde imparable. En el cómic toda la furia interior de Banner se debía a los maltratos físicos y psicológicos que sufrió a manos de su padre. Uno de los puntos fuertes de la película es la actuación de Nick Nolte, interpretando al despiadado padre del científico.

Actualmente Jeph Loeb y Tim Sale (dos de los más recientes genios de este singular arte) están trabajando en un nuevo cómic del gigante, Hulk: The Grey. Éste, seguramente, no será un cómic del montón debido a la extraordinaria calidad que han demostrado en sus últimos trabajos: Daredevil Yellow y Spiderman Blue. Cada personaje queda definido con claridad: los gestos, las expresiones faciales y el vestuario, (todo forma parte el inmenso tiempo que estos artistas invierten en su trabajo). “Querida Karen: tengo miedo. Cuando empiezo a creer que voy a superarlo, cierro los ojos y te veo entre mis brazos. Es como si tuviera un boquete en mitad del pecho. Al cabo de un tiempo comienza a cerrarse y…veo a alguien con una sonrisa parecida la tuya o con un perfume que huele como el tuyo.. y el boquete vuelve a abrirse” , así comienza Daredevil Yellow, con el protagonista escribiendo una carta a su novia asesinada, para decirle todo lo que le hubiera gustado en vida, y así tratar de superar sus conflictos emocionales. Sale y Loeb dotan al personaje de algo más que de vistosos poderes y trajes, le dan personalidad. La nostalgia y el recuerdo de los años felices son el componente principal en sus historias, así se ve en Spiderman Blue con el arácnido recordando a su amor del instituto o en Superman: 4 estaciones, donde el hombre de acero vuelve a su viejo hogar Smallville donde aprendió todos sus valores. Vivimos en un mundo donde nadie arriesga el cuello por nadie. Nos mentimos nos maltratamos, nos asesinamos y aparece este…este hombre.

Jeph Loeb siempre fue un gran lector de cómics, comenzó a trabajar como guionista en el cine. Durante los 80 participó en varias películas como Teen Wolf o La Ratera. La empresa DC le brindó la oportunidad en 1991, y realizó su primera colaboración con Tim Sale en Challengers of unknown, juntos realizarían Batman: el largo Halloween, Batman: Dark Victory. Sale se caracteriza por un dibujo bastante oscuro, muy apropiado para un personaje de la noche como Batman, pero en esta ocasión adoptó el estilo de Steve Dikto y John Romita senior (antiguos dibujantes del arácnido) para Spiderman Blue. Con razón ha sido uno de los cómics estrellas entre los lanzamientos que se han hecho este año en el Salón del Cómic en Barcelona.

Un poco de historia

La mayoría de todos estos personajes, Daredevil, Spiderman, la Patrulla X, Hulk, Ironman, Los 4 Fantásticos y muchos otros salieron de la mente de Stan Lee (guionista), y junto al dibujante Jack Kirby (1917-1994) les dieron vida (aunque de Spiderman los principales dibujantes fueron Steve Ditko y John Romita sr). Kirby sabía como nadie trasladar las ideas de Stan Lee, por ello fue el encargado de la mayoría de los personajes de Marvel (compañía para la que trabajaban), y se convirtió en el dibujante por excelencia de la empresa, lo que le valió el sobrenombre de “El Rey”, que le puso el propio Stan Lee. “Los cómics son un producto universal, no tienen limitaciones. Puedes usarlos de una manera seria o sólo para hacer reír. Pueden utilizarse para educar, entretener o provocar pensamientos profundos. Alguien algún día, creará una obra épica que todos recordarán”, son palabras de Jack Kirby, que abandonó Marvel en 1970 dejando un legado sin precio.

El mérito de Stan Lee fue crear personajes humanizados, que dejaban muy atrás a otros superhéroes de mandíbula cuadrada como Superman, cuyo único problema era la kriptonyta, o un millonario filántropo como Batman. Cuando se le ocurrió la idea de Spiderman muchos tenían dudas sobre el tema, no creían que saliera adelante la colección de un superhéroe de esas características, alguien que alternaba su vida como Spiderman con sus problemas con las chicas y el instituto. Y vaya si funcionó, los lectores se sentían identificados con ese chaval que representaba a toda una generación. El principal gancho de los personajes de Lee fue su personalidad, y no tanto sus superpoderes. Detrás de cada personaje hay un reflejo nuestro, la ira contenida en Hulk, la adolescencia de Spiderman, que simboliza el tránsito hacia la madurez. Y ahí radica el acierto de Jeph y Sale, vuelven a la fórmula de Stan Lee, creando personajes con una personalidad sólida que respalde sus superpoderes y no al revés, como últimamente se ha venido recurriendo en la industria.

*Gabriel del Valle es periodista.

 

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