Sábado, 12 de junio de 2004

COLABORACIONES | Crítica de Cine
El horror está servido
por Gabriel del Valle*

George A. Romero sentó un precedente sobre el cine de terror con La noche de los muertos vivientes (1968). Más tarde le seguirían Zombi (1978) y El Día de los muertos (1985). Zombi, que tuvo un gran éxito en Estados Unidos y Europa, ha sido la elegida por el director novato Zack Snyder, que se estrena con este remake, El amanecer de los muertos, para resucitar el género de cadáveres andantes.

Uno de los mejores momentos lo encontramos ya en el inicio de la película. El personaje en vez de despertarse tranquilamente, desayunar, e ir al trabajo, escapa por los pelos del horror en su propio dormitorio. Un instante después, en vez de ver a sus vecinos en bata recogiendo el periódico, se los encuentra siendo devorados en los jardines frente a su casa, o bien siendo perseguidos, o incluso atropellados por otros que intentan huir.

Sin querer desmerecer a la original, el maquillaje y efectos están más cuidados que con Romero. La apariencia general de los muertos no se limita a la palidez que podíamos observar en Zombi. El número de resucitados que llegan a aparecer al mismo tiempo, y el detalle con el que se da una apariencia diferente a cada uno, hace pensar sobre cuanto tiempo y enorme trabajo se habrá dedicado a cuidar este aspecto, llegando a conseguir un increíble realismo. También destaca la forma en que se puede observar con todo detalle la acción gracias al uso de los planos (un ejemplo son las tomas desde arriba en las explosiones o persecuciones).

La gran diferencia de la original es la rapidez y violencia de movimientos que realizan los zombies. En vez de andar titubeantes y ausentes, se muestran como locos rabiosos con rostros desencajados, dando pie a unas escenas de acción vertiginosas que descargan adrenalina, y que sin duda atraparán al espectador.

La atmósfera conseguida es excelente y hay escenas realmente escalofriantes. El único fallo es que, a pesar del buen trabajo de los actores, no se llega a alcanzar verdadera empatía con los protagonistas, en cuya personalidad apenas se profundiza. Por ejemplo la fuerte presencia de un actor como Ving Rhames está totalmente desaprovechada en un personaje que, aunque correcto, no muestra demasiado. Sin embargo, todo esto es fácilmente perdonable por el resultado general de este primer y excelente trabajo de Zack Snyder.

Como curiosidad citar que el escenario elegido, un centro comercial, fue en su momento una crítica al consumismo. Mientras que en el remake el lugar aparece prácticamente libre de zombies, en la original Romero nos lo mostraba infestado de seres completamente idiotizados recorriendo las tiendas. Sin duda una ácida parodia sobre las masas adictas a la compra compulsiva.


*Gabriel del Valle es periodista.

 

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