El protagonista de este libro es un hombre con preocupaciones y responsabilidades
que sin duda las estadísticas de Occidente clasificarían
dentro de lo común. Está separado de su mujer. Tiene un hijo
al que hace años que no trata. Algo que heredar, o de lo que ser
desheredado. Unos bienes, espirituales y materiales, unos ahorrillos, fruto
de su propio esfuerzo. Y un trabajo, no el que siempre hubiera deseado,
pero un trabajo. Imaginemos ahora que ese hijo que casi es sólo
un recuerdo decide volver, se le mete en casa. ¿A usted le preocuparía?
Precisamente en este momento en que... ¿Medrará el chico?
¿Estará bien? ¿Tendrá buenos amigos? ¡Por
el amor de Dios, que no se drogue! Pero imaginemos que poco a poco se va
usted hundiendo. Que se queda sin habla. Se está ahogando en un
vaso de agua, le dirán. De acuerdo. Pero usted..., usted, en el
fondo del vaso, ¿qué dice? ¿Tal vez es de los que,
en la dificultad, pronuncia la célebre frase:”yo puedo solo”? Pues
bien: aquí, ni “yo”, ni “puedo”, ni “solo”.
Y, sin embargo, aunque este libro no va a contarle el período
en que se queda sin habla, ni tampoco cómo la recupera (para eso
tiene otros muchos libros), sino lo que pasa cuando ya la ha recuperado,
es posible que encuentre en él lo que no se encuentra en las historias
edificantes, esas que se recrean en la edificación pero nunca describen
lo edificado. Verá el panorama de después del hundimiento,
la superficie del vaso de agua, donde tal vez ahora se desate una tormenta
atlántica, pero en la que usted flota, tranquilo. Derivando, quizá,
hacia el “éxtasis total”.
"Intrusos y huéspedes" es un libro experimental, aunque en absoluto
utópico. Escandaloso y familiar a la vez, habla de una crisis, y
sobre todo de sus resultados, urdiendo un explosivo balance entre la desesperación
y la felicidad que desafía las expectativas del lector, la tradición
del narrador deprimido del siglo XX y cualquier idea cómoda en torno
al 'individuo equilibrado'. Luis Magrinyà, autor de "Intrusos y
huéspedes", nació en Palma de Mallorca en 1960 y vive en
Madrid desde 1982. Estudió Letras y Fotografía. Ha trabajado
como traductor, lexicógrafo y editor.