Viernes, 8 de octubre de 2004

ACB | ACIAGO REAL MADRID - ESTUDIANTES

El 'bochor-espectáculo'

por Antonio Figueras

Uno se había hecho a la idea de permanecer en un triste letargo baloncestístico hasta que empezara la regular seasons de la NBA, pero, tras presenciar el derbi entre Real Madrid y Estudiantes, creo que el show ha empezado con un mes de antelación. El bochornoso espectáculo que nos ofrecieron  al finalizar el partido nos hace ver que todavía hay asuntos pendientes entre ambos equipos, aunque era normal después de que el presidente de Estudiantes y varios jugadores hubieran calentado el ambiente durante todo el verano.

Primero empieza el Sr. Varona (presidente del Estudiantes) a calentar la patata con la venta de Felipe Reyes al Real Madrid. Él se pone la piel de cordero explicando a su afición que el jugador quería irse, cuando el sabe que falta a la verdad. Le recordaremos al Sr.Varona que él igualó hace cuatro años un contrato que era inviable para un club de baloncesto, y todo: para que el jugador no se fuese al eterno rival. Ahora, cuando ha visto que era una locura el cumplimiento de la totalidad de ese disparatado contrato, pone a Reyes en el mercado y se limpia las manos. Si no lo quería vender, el Sr. Varona no debería haberse puesto tan prepotente hace cuatro años y, por tanto, haber permitido la marcha del jugador.

Después, el propio Reyes, en un intento de justificación, dice las típicas tonterías que todo fichaje nuevo hace en su presentación: “Yo desde pequeñito he sido del Madrid; le tengo ganas al Estudiantes”. Hace gracia lo falsos y aduladores que son la gente del deporte. Si me pagasen 100 kilos al año, diría sin dudar que soy de todo aquel club dispuesto a pagar esa cifra antes de salir incluso de la barriguita materna; y por supuesto, besaría el escudo 1.000 ó 2.000 veces por partido. Todo sea por recibir mi generoso sueldo al final de cada mes.

Y empezó el partido. El Madrid demostró que es otro equipo respecto a años precedentes, aunque esto deberá corroborarlo a lo largo de toda la temporada. El Estudiantes, por su parte, ha perdido potencial frente al conjunto que asombró durante los play-off de la pasada temporada. El reloj pitó el final del partido y, cuando me levantaba del sillón con un sabor amargo , miré a la pantalla y creía ver la cuarta entrega de Karate Kid.

Lo de Sonko con Jansen  y la patada 'voladora' de Rubén Garcés a Alberto Herreros son la representación de un tristísimo espectáculo que no debe repetirse nunca más en una cancha de baloncesto. Para ello, el juez único de competición debe de poner unas sanciones ejemplares e históricas. Esperemos que él no haga el ridículo con las típicas multa de 1.500 euros, lo que acarrea, además, la anulación del partido de sanción. Se trata de castigar a los jugadores donde mas les duele, con una dura suspensión de 10 a 20 partidos sin posibilidad alguna de pagar para evitar perderse los partidos.

¿Qué ocurriría si sólo se les sanciona a ambos jugadores con dos o tres partidos? Pues, lamentablemente, así el jugador seguirá tomándose a risa al comité y podremos llegar a lo sucedido en la NBA, donde el exjugador de los Houston Rockets, Vernom Maxwell, le propinó un par de puñetazos a un espectador en pleno partido porque lo había abucheado (eso sí: en aquella ocasión, la NBA sancionó al infractor con 40 partidos). Por eso, la ACB debe sancionar con dureza a estos dos jugadores, sobre todo a Rubén Garcés, por la extrema violencia de sus acciones.

Espero que la próxima vez que les hable de baloncesto sea para destacar la gran actuación individual de un jugador o el grandioso espectáculo ofrecido por dos equipos; es por lo que merece la pena este gran deporte. Lo ocurrido el otro día rebasa los límites de la dignidad en el basket.

 

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