Martes, 19 de octubre de 2004

NBA| EL DESPLOME DEL ICONO 'ANGELINO'

Kobe, ya nunca serás el mismo

por Antonio Figueras

Para Kobe Bryant este último verano será difícil de olvidar. Finalmente, no será juzgado por la presunta violación de una joven de 19 años, aunque la sombra de la duda permanecerá aún en su expediente. Además, durante el pasado período estival, Bryant también provocó la 'ruptura' de toda una organización emblemática en la NBA como Los Ángeles Lakers. Este contratiempo profesional venía a echar más lodo sobre su ya maltrecho prestigio personal.

En torno a la presunta violación se han producido una serie de hechos sospechosos que, a la postre, han evitado que el jugador sea juzgado y así pueda disfrutar de su contrato recién firmado. A mi juicio, el caso de Bryant ha vuelto a demostrar que la justicia no es igual para todos, que si eres un tipo al que le sobra el dinero y no te importe gastártelo en excelentes letrados, tienes un 99,9 % de salir impune de tu causa judicial. Es la triste pero cierta realidad de la injusta justicia norteamericana.

Cierto es que ha realizado una excelente temporada pese a 'compaginarla' con estos problemas, pero no se deben magnificar las cosas. Recuerdo, en varios artículos de revistas especializadas y en otras tantas columnas de opinión, leer que Kobe era de otra galaxia por ser capaz de abstraerse de todo lo relacionado con el juicio y ser capaz de llegar sólo cinco minutos  antes de empezar un partido y hacer 40 o más puntos.

No voy a negar que Bryant tiene un talento espectacular para el basket, pero yo me pregunto si se hubieran elogiado con tanta profusión a actuaciones similares si se tuviera que enjuiciar, en lugar de al ultraconocido Kobe, la labor de un personaje no público; creo que la respuesta hubiese sido un obvio ‘no’.

A la organización de Los Angeles Lakers difícilmente se le olvidará el pasada verano. Al final, tras largos años de luchas de poder, Kobe ha conseguido que Los Lakers ya no sean el equipo de O´Neal, sino el ‘coto privado’ del arrogante Bryant. Después de un inesperado final de temporada para las estrellas angelinas, todo el mundo daba por hecho varios cambios en el equipo, pero era impensable que, a raíz de estas ‘novedades’, se produjera un cambio tan radical en los planteamientos futuros de la franquicia: ahora tendrá que luchar por estar entre los ocho mejores del Oeste, y no como hasta ahora, que los objetivos fijos de partida eran el título o disputar al menos la final.

Pero la cosa no quedó ahí. Kobe también provocó que Philp Jackson se marchase. La consecuencia inmediata a su espantada era sabida por todos: si Jackson no seguía, O´Neal haría las maletas tras él. Además, Bryant también logró que Karl Malone se replantease su futuro. El veterano cartero, a pesar de su edad y de su lesión de rodilla de final de temporada, ligó su suerte deportiva a la de Jackson y O´Neal en Los Ángeles. Al no estar ellos, era evidente que ya nada le retenía ahí. Lo único positivo que se le podría  haber alabado al muchachito, aunque habría que discutirlo un poco, es haber logrado que Payton se quedase al principio. Cosa que, por otra parte, era poco alabable: Payton no había hecho gran cosa durante toda la temporada. Luego, cuando la directiva tomó la decisión de desprenderse del veterano base, éste tuvo incluso la desfachatez de quejarse.

Pase lo que pase a partir de ahora, el “icono” Bryant ya nunca será el mismo. Es triste que en esta sociedad se tenga la malsana costumbre de poner etiquetas a las personas, aunque algunas de ellas las merezca con creces, pero me temo que Kobe ha quedado “etiquetado” para los restos. A pesar de tener una vida deseada por la mayoría de los terrícolas, siempre recordaremos a Kobe como aquel deportista que lo tenía todo y, por pasar un ‘rato’ agradable, tiró toda su reputación por el retrete. Da igual que haya salido indemne de la presunta violación, que su mujer le haya perdonado o que ahora disfrute de su generoso contrato recién firmado. Todo eso es irrelevante ahora. Kobe ya ha empezado a sufrir las consecuencias de su mala cabeza. Por lo leído, parece que algunos de sus patrocinadores piensan retirarle varios de sus jugosos contratos, pero esto sólo le menguará el bolsillo. Como dicen algunos, lo peor es que él ha perdido como persona.

Kobe, ya nunca serás el mismo Kobe, y carecerá de importancia que ya no lo seas para los demás o para tu familia o amigos. Nunca serás el mismo para ti.

 

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