En Economía liberal clásica se defiende
que el estado debería tener una intervinción mínima
en la economía a menos que fuese para preservar el libre
mercado. Y en EE.UU. y China, éste ha sido un debate más
o menos falseado. Generalmente, se considera que son las personas
independientes las que saben defender sus intereses mejor que los
estados.
En EE.UU. se ha librado una apasionaste batalla durante los
últimos meses en defensa de esos principios. La contienda
vino motivada por la disputa sobre el control de la tercera compañía
petrolera americana más grande, Unocal. Los competidores
eran la empresa americana Chevron y la China CNOOC. Chevron ofrecía
16.500 millones de dolares por Unocal, dicha suma pagada de un
golpe, mientras que CNOOC ofrecía 18.500 millones de dolares
pagados a lo largo de un año.
La lógica económica sostiene que, en un mercado
sin intervencionismos, una empresa debe venderse libremente al
mejor postor. Pero en Economía no solo cuentan los números
leídos con esta frialdad.
Estas ofertas de compra eran públicas y la gente se empezó
a preguntar qué fallaba. CNOOC es una compañía
pública, el 71% de su capital pertenece al estado chino.
Y esto activó todas las alarmas de la sociedad americana.
Según una encuesta realizada por el periódico The
Wall Street Journal y la cadena NBC, el 73 por ciento de los estadounidenses
se opuso a que CNOOC se hiciera con el control de Unocal.
Al mismo tiempo, la clase política americana se empezaba
a inquietar. El secretario del tesoro americano, John W. Snow,
recibió la petición de 41 congresistas para revisar
la oferta de CNOOC por Unocal. El caso se había convertido
en una defensa de los intereses estratégicos de EE.UU.
En el país americano, la sociedad es consciente de que
los chinos necesitan, literalmente, dar más gas a la devoradora
economía china. Ese gas lo posee Unocal en el sudeste asiático
y el mar Caspio. Y en EE.UU. temían que estos recursos
indispensables para el desarrollo de su glotona economía
fueran dirigidos por un “gobierno comunista”.
Ante tal presión política y social, CNOOC abandonó
su interés por la empresa americana. Jamás en la
historia china una de sus empresas había ofrecido tanto
dinero por comprar otra americana. De nada sirvió que CNOOC
prometiese no realizar despidos o que estudiaran vender inmediatamente
las reservas del golfo de Mexico obtenidas con la compra de Unocal.
En EE.UU. se lleva muy mal el dirigismo estatal, sobre todo si
se trata de uno extranjero y los poderes públicos están
dispuestos a defender eso.
En España no se entiende mucho eso. El resultado fue la
compra de Amena por parte de France Telecom, una empresa pública
francesa que debería ser privada. Así, el Gobierno
español interpretaba a su manera el “laissez faire,
laissez passer” de Adam Smith, después de que el
ministro de Industria, José Montilla, hablase en secreto
con el presidente de la empresa gala, Didier Lombard. C’est
la vie!