Martes, 11 de noviembre de 2003

Todo grupo que base su sonido en los hallazgos de la década prodigiosa, aunque éstos se incubaran en un periodo tan innovador y aún no superado creativamente como el de la psicodelia de finales de los sesenta, debe asumir el riesgo de que le cuelguen la etiqueta de revivalista, de ser estigmatizado. No sabemos porqué misteriosa razón, esto no ha sucedido con los británicos Broadcast, pero nos alegramos infinitamente. Ver copar las portadas de las revistas de tendencias a tres personajes que parecen salidos de un universo paralelo, donde la subversión se concibe inseparable de la genialidad melódica, la sutileza de las armonías, el buen gusto en los arreglos y la elegancia vital, no así a través de poses atormentadas o declaraciones epatantes llenas de supuesta “actitud”, es una verdadera bendición. Como una decoración retrofuturista, producen la ambivalente sensación de estar ante algo conocido y nuevo a la vez. Una actualización de la electrónica primitiva y las melodías del Pet Sounds que no puede dejar indiferente a ningún oído sensible. Una maravilla.