Martes, 20 de julio de 2004

OPINIÓN
Crítica de MÚSICA
Bart Davenport: Game preserve
por Pedro Galiano

En la música de Bart Davenport se encuentra la esencia del mejor pop de siempre, una suerte de Santo Grial que muchos buscan durante toda su vida y que el ex líder de The Love Ones y Kinetics atesora en forma de don natural, como si estuviera escrito en su código genético de tal suerte que estuviese imposibilitado para componer una mala canción aunque se lo propusiera. Después de un delicioso álbum de debut publicado hace un par de años, el angelino nos entrega ‘Game Preserve’, un trabajo si cabe aún mejor, más cuajado. Un disco en el que Davenport juega con las cartas boca arriba, mostrando sus influencias de manera explícita y apropiándoselas con la maestría de los pocos privilegiados que están en posesión de la fórmula de la melodía perfecta, de talento en definitiva. La delicada ‘Sweetest Game’, canción escrita hace años y felizmente recuperada como apertura el disco, da paso a ‘The saviors’, una modélica recreación del sonido de Love en la época de ‘Forever changes’ para continuar con ‘Bar-code trees’, con esos magistrales coros ‘made in west coast’ realzando una canción que parece compuesta para ser escuchada en una FM americana mientras se conduce por una de esas interminables rectas de las carreteras interestatales. ‘Euphoria or everyone on heart is so beatufil, even you’ no desentonaría en el mítico ‘Moondance’ de Van Morrison y si me llegan a decir que ‘When you’re sad’ es una versión de un tema de Paul McCartney, lo hubiera creído a pies juntillas. ‘Summer in the air’, soberbia en su intimismo, ‘Sideways findways’, llena de frescura y optimismo o ‘My Brother Woody’, una versión seleccionada e interpretada con exquisito gusto de la maravillosa discografía de Free Design, son más ejemplos de la excelencia melódica de ‘Game preserve’, un cedé que suena a clásico y sin una sola canción que no sea merecedora de encendidos elogios.

 

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