LA CRISIS DEL ORUJO
La inmovilización del aceite de orujo crea una crisis en el sector innecesaria
La ministra Villalobos, tras su actuación en las 'vacas locas', se curó en salud con una medida exagerada • Se retiraron 55 millones de litros tras detectarse el agente tóxico benzopireno en 13 muestras aleatorias
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| JUSTIFICACIÓN. La ministra de Sanidad y Consumo, Celia Villalobos, muestra los análisis que la llevaron a inmovilizar el aceite de orujo. |
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| PRODUCCIÓN. Los productores de aceite de orujo tendrán que extremar ahora las precauciones en el proceso de fabricación del mismo. |
| EL 'AGENTE' |
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 El benzopireno: Sustancia tóxica que aparece en el proceso de elaboración del aceite de orujo, concretamente al deshidratar la torta de orujo formada por los restos de aceituna, obtenidos después de prensar varias veces. El contaminante sale del combustible y se introduce en la torta de orujo por vía aérea, ya que es volátil.
Límites: Según las normas internacionales no se deben superar las dos partes por millón (ppm), y en benzopireno las muestras de aceite analizadas estaban entre 8,5 y 89,4 ppm; si se añaden los demás hidrocarburos igualmente cancerígenos, se alcanzaban hasta las 400 partes. Un nivel inaceptable, a juicio de los diferentes expertos. |
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EL OJO CRÍTICO
Con la mosca de las vacas locas tras la oreja, la ministra de Sanidad Celia Villalobos no ha querido, en este caso, pecar de exceso de confianza. Ante un tímido atisbo de posible contaminación en el aceite de orujo, Villalobos ha sido tajante. Tras la voz de alarma proveniente de la República Checa, el Ministerio contactó con las comunidades autónomas para inmovilizar el aceite. En dicho país se detectó aceite español de este tipo con un exceso del agente cancerígeno benzopireno. Más tarde, la presencia del benzopireno en 13 muestras de diversas provincias ponía patas arriba el sector y estrechaba la soga de los orujeros, obligados ahora a reconsiderar su proceso de obtención del citado producto.
Las comunidades autónomas, a través de la llamada lanzada desde el Gobierno a la Red de Alerta Alimentaria, se pusieron manos al asunto. El consejo del Ministerio de Sanidad era que se tiraran las botellas que hubiera en casa hasta nuevo aviso.
El pasado 3 de julio, Dolores Flores Cerdán, directora general de Salud Pública y Consumo, lanzaba esta recomendación: "Si alguien tiene aceite de orujo de oliva en su casa, que no lo use". En un llamamiento a la tranquilidad, la Administración salió a la palestra para calmar en todas las direcciones: el subproducto nada tiene que ver con el aceite de oliva, se trata de una "medida cautelar", al año hay una media de 150 alertas sanitarias de este tipo, la toxicidad del benzopireno (presente en el tábaco) sólo es a largo plazo y requiere de una decidida exposición a la sustancia.
La medida no deja de ser correcta, dado que en materia alimenticia cualquier precaución que se tome no está de más. Pero el modo con el que se ha llevado el tema por parte de Villalobos deja mucho que desear. La ministra de Sanidad ofreció el 6 de julio unos datos que se le venían reclamando insistentemente desde tres días antes en torno a la retirada del mercado español de todo el aceite de orujo de aceituna. Pero si ello es grave, aún lo es más que desde finales de junio (el día 27) Villalobos ya tuviese los datos de los 13 análisis aleatorias y que, sin embargo, en las reuniones mantenidas el 30 y el 2 de julio con los consejeros de Sanidad de las Comunidades Autónomas y con los productores aceiteros no diga a ninguno de ellos nada del resultado de los análisis ni mucho menos de su intención de intervenir.
Por su parte, los productores pusieron el grito en el cielo de manera inminente. "La decisión de retirar el aceite de orujo es una barbaridad", se lamentaba Miguel López, secretario general de la organización agraria COAG, quien vaticiba "grandes pérdidas económicas".
La solución, según el ministro de Agricultura Miguel Arias Cañete, dependerá "de la rapidez de los productores en cambiar los sistemas productivos". En cuanto a las ayudas destinadas al sector, el ministro anunció que de momento sólo ha habido "contactos iniciales".
Esta nueva crisis supone un duro golpe para otro icono nacional como es el aceite. Esperemos que las consecuencias no sean muy gravosas.
 EDITORIAL:
DEMASIADO RUIDO PARA TAN POCAS NUECES
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