Saddam concibe que la mejor manera de defenderse no es
con la guerra sino acrecentando las divisiones entre
los ‘halcones’ y los ‘palomos’ en Naciones Unidas.
Cada vez que Hussein se ha tragado su orgullo nacional
y ha capitulado ante las exigencias de Hans Blix, jefe
de los inspectores de la ONU, él ha logrado ganar
tiempo y dar argumentos a Francia, Alemania y Rusia
quienes pregonan que la mejor forma de desarmar a Irak
es gradualmente vía dicha comisión.
Hussein ha sido denunciado por EEUU de tener un doble
juego. El trata de mantener lo más que puede de su
arsenal y cuando no puede transa. Llegó a negar que
poseía mísiles de mayor alcance que el estipulado por
Naciones Unidas y a los días de su desafiante
declaración acaba desarmándolos.
Mas, Saddam no es el único que baila con esta danza
satánica. Bush y Blair usan la zanahoria
franco-ruso-germana para ir desarmando a Irak e ir
espiando sus instalaciones a fin de evitar su garrote,
el mismo que, de darse, se vería beneficiado por todas
las concesiones que Bagdad habría hecho.
Putin, Shroeder y Chirac tienen su propia danza de
poder frente a Washington. Temen que una sola
super-potencia acumule tanto poder y se valga de una
guerra anti-Irak para capturar petróleo y dominar al
medio oriente.
Otro gran danzante es Hans Blix. Un momento juega
presentando un borrador de informe donde dice que Irak
no está cooperando suficientemente pero cuando Saddam
le guiña el ojo y empieza a destartalar mísiles, Blix
le devuelve el cumplido y habla de significativos
progresos.
Los diversos danzantes no ponen a los civiles iraquíes
en el centro de sus preocupaciones. Cada cual se vale
de este gran juego para materializar sus propias
ambiciones geo-políticas.
*Isaac Bigio es investigador y profesor de la London School of Economics & Political Sciences (LSE). Colabora en la BBC, El Comercio, La Opinión, CNI y otros medios.