CRISIS DE IRAK
por ISAAC BIGIO*
Estrategias en torno a la guerra en Irak
ON EL pedido norteamericano para que se retiren de Irak los inspectores de Naciones Unidas ya se anuncia la inminencia de la guerra. Esta marcará un giro en la estrategia militar global. Lo que está en discusión será la forma en la cual la única hiper-potencia tratará de resolver los distintos problemas globales.
La anterior guerra contra Hussein también marcó un viraje histórico en los EEUU. Hasta 1991 Washington tenía al frente a la Unión Soviética. Todos los conflictos de la guerra fría se habían dado sabiendo que en el mundo habían dos grandes polos. La primera guerra del golfo implicó que el Kremlin dejaba de competir con la casa Blanca y que juntos ellos con las potencias imponían una seguridad colectiva. El enemigo dejaba de ser el comunismo para convertirse en los estados parias.
Cuando la población iraquí se sublevó contra Hussein, Bus padre tuvo temor en desencadenar un levantamiento masivo que pudiese desestabilizar la región y por ello permitió que Saddam sofocase las insurrecciones de los kurdos y los chiítas. Esta vez, Bus hijo busca cumplir la tarea pendiente e ir hacia un cambio de régimen.
En las guerras contra la ex Yugoslavia o contra Afganistán los EEUU se centraron en utilizar su superioridad tecnológica para arrasar por aire a sus enemigos para luego entrar a terreno despejado y sin sufrir muchas bajas. Todos los regímenes que fueron escogidos para ser atacados (Hussein, Milosevic o los talibanes) tenían en común haber sido inicialmente aliados de la CIA pero que se habían tornado contestarios y muy impopulares en sus propias zonas. Sus dictaduras, su falta de apoyo popular interno, su carencia de un programa social y su aislamiento internacional impedían cualquier posibilidad que se diese una resistencia masiva a la vietnamita.
Si la primera guerra del golfo implicó el paso de la bipolaridad a la nueva hegemonía estadounidense, la segunda que está por desencadenarse, implicaría el paso de la post-guerra fría al intento estadounidense de imponer el dominio unipolar de una hiper-potencia.
EEUU no está arrasando un país para que luego entren allí rivales locales (como la Alianza norteña afgana) o sean bienvenidos por una población étnicamente reprimida (como los albaneses de Kósovo). Quienes invadirán Irak son un tercio de millón de soldados anglo-americanos en cuyas columnas no está ninguna nación árabe.
Bagdad ha respondido que resistirá con todo. Amenaza con batallas urbanas tipo Stalingrado y con posibles ataques fuera de Irak. Si esta guerra logra involucrar a Israel y por ende ocasiona una respuesta árabe, o si ésta es más larga o sangrienta a la esperada, las cosas pueden complicarse a Bush y, sobre todo, a Blair.
El ideal de la Casa Blanca es demostrar al mundo que EEUU es la única fuerza capaz de poner orden en el globo y que éste ha decidido que se necesita de una vez por todas ‘pacificar’ al medio oriente. Con una administración pro-estadounidense en Bagdad el fin sería presionar apara la liberalización de Arabia Saudita e Irán, y para imponer una solución bi-estatal al diferendo israelí-palestino.
La razón por la cual la ‘vieja Europa’, Rusia y China resisten ir a la guerra es por que quieren mantener un mundo multi-polar en el cual los diferendos sean zanjados mediante la legalidad de Naciones Unidas. EEUU, sin embargo, concibe que su prespuesto militar es mayor que el de todas las potencias juntas y que los ganadores de la guerra fría tienen el derecho y el deber de ser los nuevos árbitros y gendarmes del nuevo orden global. Gran Bretaña, España y Portugal, son los ex imperios ultramarinos que quisieran revitalizar la importancia que antes tuvieron pegándose al caballo ganador.
Después de esta guerra el mundo no será el mismo. Si Bush y Blair triunfan velozmente y sin mucha sangre, iremos hacia un globo donde las potencias anglo-parlantes le patrullen a fin de garantizar un sistema de países subordinados a ciertas pautas liberales. Si la guerra se demora y se complica se podr’a generar mayor inestabilidad y protestas populares.
*Isaac Bigio es investigador y profesor de la London School of Economics & Political Sciences (LSE). Colabora en la BBC, El Comercio, La Opinión, CNI y otros medios.
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