por ISAAC BIGIO*
El bumerang de Sharon
HARON HA anunciado que empezará a evacuar sus tropas de las ciudades autónomas palestinas. El podrá argumentar que esta ofensiva ha sido provechosa para él pues afianzó su gobierno y arrasó fuentes del terror. Mas, lo más probable es que su ofensiva militar produzca un bumerang como lo fue la incursión que él lideró en Líbano.
Uri Avneri, ex-militante del Irgún (el grupo armado del que proviene el actual gobierno israelí), sostiene que la matanza de Jenin y el cerco a Arafat en Ramala son el Stalingrado palestino. Los más de cien muertos en el campo de refugiados de Jenin en Abril serían una re-edición de la matanza de Sabra y Shatila producida en Líbano hace 20 años, la misma que desgastó moralmente al mayor ejército del medio oriente y que obligó a la primera derrota israelí. Para Avneri la prepotencia de Sharon ha aislado internacionalmente a Israel, ha unificado a los palestinos y está consiguiendo el fin opuesto al que Sharon pretendía pues está gestando una nación y estado palestinos.
Israel tiene cinco veces más soldados más que los palestinos. Tiene unas cien cabezas nucleares y más de 5,000 aviones y tanques, mientras que los palestinos carecen de ellos. Esa misma fortaleza militar cuando se ve incapacitada de frenar un levantamiento civil se convierte en una fuente de debilidad.
Sharon quiso anular a los kamikazes palestinos pero sus incursiones no han hecho mas que acicatear el resentimiento y crear más suicidas. Ahora hasta los milicianos seculares pro-Arafat se inmolan.
Saddam Hussein ha logrado sacar provecho de la arrogancia de Sharon. Acaba de cortar las exportaciones del petróleo irakí en solidaridad con los palestinos con lo cual ha hecho elevar los precios internacionales del oro negro. Esto afecta económicamente a occidente y permite que Hussein vaya rompiendo el cerco que EEUU busca para iniciar una nueva guerra contra Irak.
Sharon destruyó muchos edificios de la Autoridad Nacional Palestina pero paralelamente ha potenciado su autoridad moral y política. Los fundamentalistas del Hamas, en vez de haberse reducido, se han transformado probablemente en el mayor partido palestino. En vez de haber producido una confrontación entre palestinos radicales y moderados en detrimiento de los primeros, Sharon ha producido la radicalización del mundo árabe contra él.
La visita del secretario de estado norteamericano Collin Powell a Israel no ha logrado abrir un cese al fuego. Bush quiere poner un alto a dicha escalada bélica tratando de congraciarse con la Unión Europea y sus aliados árabes en parte porque requiere ello para lanzar su anhelada guerra contra Irak. Por otro lado Washington reinvindica el derecho de Israel a 'combatir al terrorismo' y quiere mantener su tradicional lazo con el estado a quien brinda mayor apoyo financiero.
En el actual territorio que detenta u ocupa Israel viven cuatro millones de árabes y 4,6 millones de hebreos. Se calcula que en un lustro los palestinos se conviertan en mayoría. Los extremistas islámicos quieren que todo este territorio se transforme en un estado musulmán para lo cual sería inevitable una persecución de judíos y árabes no creyentes. El gabinete israelí está dividido entre quienes quisieran expulsar al grueso de los palestinos de todos los territorios y los laboristas que en el pasado aceptaron otorgar un estado palestino retirándose de Gaza, Cisjordania y Jerusalem este.
La posibilidad de dar paso a una república secular abierta a todos los habitantes de todas las etnias y credos que habitan dicho territorio no es planteada por ninguna fuerza significativa. Sharon en teoría acepta que en partes de los territorios ocupados se conforme un estado palestino aunque éste debería tener pocos poderes y armamento. Los palestinos no quieren aceptar algo que no pase por la retirada total de las tropas israelíes y quisieran que Israel acepte el derecho de los palestinos de poder regresar a habitar las tierras que tenían antes de 1948; algo que de ocurrir cambiaría a tal punto la demografía del estado que alteraría radicalmente su carácter hebreo.
A la larga sin haber conseguido la paz y la seguridad, el gabinete Sharon podrá entrar en crisis y los pacifistas israelíes podrán revitalizarse.
*Isaac Bigio es Investigador y professor de la London School of Economics & Political Sciences.
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