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 Martes, 7 de mayo de 2002

por ISAAC BIGIO*
El asesinato de Fortuyn favorecerá a la ola contra los inmigrantes del tercer mundo

L DÍA siguiente de la derrota electoral de Le Pen fue abatido con seis tiros el líder de la ultra-derecha holandesa, Pim Fortuyn. Las elecciones holandesas del 15 de mayo apuntaban a dar un nuevo avance para las fuerzas nacionalistas en Europa que vienen cuestionando la inmigración y la UE. En Marzo Fortuyn había sorprendido obteniendo el 35% de los votos en Rotterdam, la segunda ciudad del país, y muchas encuestas indicaban que su lista podría conquistar entre 20 y 25 de los 150 parlamentarios. En el día de su asesinato el diario De Volksrant revelaba una encuesta donde él podría haber ganado los comicios.

Este es el crímen politico más importante que conoce Holanda desde el asesinato de Guillermo el silencioso en 1584 y el primero que se da desdela Segunda Guerra Mundial. Para el profesor Hans Entzinger de la universidad Erasmus de Rotterdam 'estos disparos son imprecedentes pues se podrían dar en una república bananera pero no en Holanda.' La última vez que la UE conoció EL asesinato de un líder politico de peso fue cuando Olaf Palme fue abatido en Suecia en 1986. Tanto Holanda como Suecia tienen la fama de ser países apacibles y tolerantes, pero tras esa cubierta se desenvuelven fuertes tensiones internas.

Fortuyn representaba un amplio sector de opinión que quisiera mantener incontaminada la sociedad 'no-bananera' de su país. Su lema era que Holanda ya está muy llena.

El no era un fascista y trataba de distanciarse de Le Pen o Haider quienes tienen vínculos con los antiguos partidos hitlerianos. Fortuyn cuestionaba al Frente Nacional francés por su antisemitismo y desprecio por las víctimas del holocausto.

Fortuyn carecía de un partido y menos aún de un grupo de matones. Su base social no eran bandas de lúmpenes que asaltan sindicatos e inmigrantes. Abiertamente se enorgullecía de ser un gay mientras que los nazis ponían a los homosexuals en los campos de exterminio.

Este académico de pelo rapado que siempre solía aparecer con dos perros de lujo había sido considerado por la revista 'Esquirre' como el hombre major vestido de Holanda. Su imagen era la de un intelectual gay refinado partidario de preservar la cultura liberal holandesa, algo que contrarestaba al perfil de hombres totalitarios y de combate rodeados de grupos de choque como lo fueron Hitler o Mussolini. Lejos de animar una carrera armamentista y agitar la reconstitución imperial Fortuyn proponía eliminar la aviación y el ejército para quedarse solo con la marina.

El era el ultra-derechista 'light' y moderno que pudiese calar en sectores donde el tradicional ultra-derechismo de orígen fascistoide no podría penetrar, y que pudiese ser visto como un posible gobierno potable dentro de la UE.

A diferencia de Le Pen o de los ministros ultraderechistas del gabinete de Sharon él no proponía expulsar a los musulmanes de su país, sino restringirles la entrada. El planteaba 'holandizar' al 9% de la población que son de orígen inmigrante. Fortuyn se cuidaba de no aparecer como un racista y en su lista hay gente de color y proveniente de antiguas colonias. Mas, su prédica era de fobia anti-musulmana. Para él el Islam es incompatible con la cultura liberal occidental pues es una religion 'atrasada' que desprecia a las mujeres y trata a los homosexuales como animales.

Este profesor universitario de sociología había sido marxista y miembro del laborismo. Se dice que hasta recientemente tenía fotos de Marx y Lenin en su mansión. Su prédica política buscaba mezclar ideas de diversos sectores pero su objetivo era la de ir hacia un país liberal en lo social, económico y político con fuertes recortes en la inversion pública y en los aportes a la UE, al mismo tiempo muy hostil a los musulmanes. Su principal libro se titula 'Contra la islamización de nuestra cultura'. La condición que él proponía para integrarse a cualquier gabinete sería la que se aplique cero tolerancia a la inmigración que no venga de países vecinos y que no se permita el ingreso de un solo mahometano más al país.

El ascenso de nuevos líderes islamofóbicos en Dinamarca y Holanda está relacionado con los sucesos del 11 de septiembre y sobre todo con la fuerte reacción militarista de Bush. En las naciones ricas de occidente ha venido creciendo el rechazo de diversos sectores a sus poblaciones mahometanas que son vistas como anticuadas, pobres, inasimilables y nidos de criminales o terroristas. La idea que el Islam choca con la civilización occidental ha venido siendo caldo de cultivo para el crecimiento de movimientos anti-musulmanes desde Francia hasta Israel e India. En estos dos últimos han generado numerosas muertes. El odio contra los semitas de fe coránica ha venido remplazando al viejo odio contra los semitas de fe judía.

La extrema derecha viene promoviendo la islamofobia para poder presentar como potable sus políticas de fuerte reducción de empleos públicos o de nuevas legislaciones que restrinjan derechos laborales.

Fortuyn era más afín a Thatcher que a Le Pen. Sus planteos de despidos masivos en el sector público, liberalización económica y en contra de una Europa federal pueden ser bien vistos por muchos conservadores británicos.

Pese a sus intentos para no aparecer como un xenófobo Fortuyn alentaba la segregación de la gente del tercer mundo y la división entre los que lo tienen y los que nada tienen. El abiertamente despreciaba a la gente que viene de países rurales a poblar su desarrollado país, se mofaba de los descedientes de escalvos negros que pedían restituir sus derechos y hasta cuestionaba a los lobbies judíos que proponían compensaciones por las víctimas de guerra.

La prensa sugiere que quien disparó a Fortuyn habría sido una persona con ideas izquierdistas. Si él pensó que así se le detenía se equivocó. En Francia se contuvo a la extrema derecha con marchas multitudinarias, las cuales el primero de mayo atrajeron dos millones de personas. En el Reino Unido han sido los distintos carnavales y demostraciones multitudinarias anti-racistas las que han impedido la formación de cualquier partido xenofóbico algo significativo.

Las elecciones holandesas se llevarán a cabo sin que se remueva a la Lista Fortuyn de la papeleta. Muchos podrán acudir a votar por ésta en señal de simpatía con el asesinado, lo cual podría llevar a desconocidos a dominar un buen sector del nuevo parlamento. Un movimiento donde Foruyn lo era todo podría engendrar diversos desgajamientos algunos de ellos de corte abiertamente racista.

La extrema derecha europea buscará sacar tajada de ese crimen para oscurecer el revés de Le Pen en la Segunda vuelta francesa y salir a la carga. Fortuyn va a ser elevado como martir por todos los ultra-nacionalistas europeos. Ellos llamarán a políticas más duras contra el crímen y la inmigración, y no se descarta que se busquen venganzas contra políticos antiracistas.


*Isaac Bigio es Investigador y professor de la London School of Economics & Political Sciences.

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