por ISAAC BIGIO*
El avance de los partidos campesinos en los comicios bolivianos
A GRAN sorpresa electoral boliviana ha sido que 2 partidos campesinos hostiles a los EEUU y al consenso neo-liberal vigente desde 1985 han acaparado un cuarto de los votos y del congreso. En las elecciones de los últimos 17 años todas las fuerzas mayoritarias reinvindicaban el modelo monetarista de apertura al libre mercado y privatizaciones creado por Sánchez de Lozada.
Esta vez 3 de los 5 grandes partidos bolivianos han quedado prácticamente marginalizados, incluyendo al ADN que venía presidiendo al país y sus socios UCS y CONDEPA.
El Movimiento Al Socialismo del caudillo cocalero Evo Morales plantea que las empresas privatizadas vuelvan al control estatal, que se retiren las tropas estadounidenses y se permita la libre producción de la coca. Media semana antes de los comicios el embajador norteamericano Rocha instó a los bolivianos a no votar por él pues ello podría cortar la ayuda de Washington. Gracias a ello el MAS se agigantó quedando a 3 puntos del ganador y convertiéndose en la segunda fuerza parlamentaria.
El Movimiento Indio Pachakuti de Felipe Quispe, jefe aymara de la confederación campesina (CSUCTB), obtuvo el 15% en La Paz. Quispe estuvo preso en 1992-97 por haber organizado la guerrilla del Ejército Guerrillero Túpac Katari, al que algunos vincularon con Sendero Luminoso. El llama a destruir las repúblicas andinas remplazándolas con estados socialistas donde los ayllus gobiernen y desplacen del poder a las élites blancoide y mestiza.
Ambos partidos promovieron las movilizaciones y bloqueos campesinos de abril y septiembre-octubre 200, y junio-julio 2001. Estos se niegan a apoyar a cualquiera de los principales contrincantes a la presidencia pues les acusan de racistas y pro-EEUU.
La presencia de dicho bloque contestario dificulta las negociaciones para nominar a un presidente y pone al minoritario MIR, que apenas sacó el 15%, como el partido que decida el futuro mandatario. Hay quienes plantean que los 2 ganadores (Sánchez de Lozada y Reyes) deberían llegar a un acuerdo de unidad nacional a fin de mantener el modelo vigente y hacer frente a un acenso campesino que puede traducirse en nuevas marchas masivas desestabilizantes.
*Isaac Bigio es investigador y profesor de la London School of Economics & Political Sciences (LSE).
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