CRISIS DE IRAK
por ISAAC BIGIO*
Las distintas posiciones ante la guerra
ODRÍAMOS RESUMIR en cuatro sectores las distintas opiniones sobre una eventual guerra entre Washington y Bagdad.
En el Consejo de Seguridad se debaten dos posiciones: Bush y Blair lideran a quienes quieren una pronta guerra, Chirac, Putin y Shroeder quieren que Naciones Unidas desarme Iraq y evite la guerra. En las marchas antiguerra actúan los pacifistas y los antiimperialistas.
Para quienes quieren una inmediata intervención (con o sin la ONU) Hussein posee gases que podrían ser usados por grupos terroristas contra occidente. Un deber moral para con el pueblo iraquí consiste en deponer a su dictador. Su caída ayudará a ir socavando los estados parias que son la principal amenaza para el mundo de la posguerra fría, a liberar el Medio Oriente y sería saludada por el pueblo iraquí.
Para quienes buscan que la comisión inspectora desarme a Iraq, una intervención es prematura y desestabilizaría toda la región. Bagdad ya no es una amenaza para ninguno de sus vecinos. Una guerra al margen de la ONU atentaría contra la función de esta. Hay otros dictadores como Hussein y algunos de ellos tienen peores armas. No se ha probado que Bagdad tenga armas de destrucción masiva y menos lazos con Bin Laden. Una guerra contra Hussein podría empujarlo a aliarse con terroristas.
Para los pacifistas las decenas de miles de millones de dólares que costará aplastar Iraq mejor sería utilizarlas en un combate mundial contra el sida y la miseria. La democratización de Iraq será obra de las movilizaciones de su propio pueblo y no podrá ser impuesta por una potencia foránea que, además, tiene un historial de haber promovido sangrientas tiranías desde Chile hasta Indonesia. EE.UU. tiene cientos de veces peores armas de destrucción masivas que Iraq con las cuales puede aniquilar a la humanidad. Usó estas en Afganistán y se prepara para lanzar miniarmas nucleares contra Iraq.
Para los antiimperialistas contener o derrotar a Bush ayudaría a debilitar a los "amos del mundo", al militarismo y al racismo, y a que los trabajadores y pobres obtengan mejores ingresos y condiciones laborales. Las movilizaciones contra la guerra son usadas por los nacionalistas islámicos para promover la soberanía de sus pueblos, y por los anticapitalistas para promover protestas.
Lo más probable es que el primer bando se imponga y luego trate de justificarse mostrando imágenes de iraquíes que los reciban como liberadores.
*Isaac Bigio es investigador y profesor de la London School of Economics & Political Sciences (LSE). Colabora en la BBC, El Comercio, La Opinión, CNI y otros medios.
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