GUERRA EN IRAK
por ISAAC BIGIO*
Los problemas dentro del laborismo
N GRAN problema que confronta la coalición anglo-americana es que el partido que gobierna Londres se encuentra dividido. Hay el riesgo que éste pueda acabar pidiendo un cambio de la política pro-guerra o la remoción del premier Tony Blair.
El laborismo si está unido puede seguir gobernando sin alianzas. Tiene 410 de los 657 miembros de la cámara de los comunes. En la bancada oficialista hay 91 parlamentarios que son ministros, quienes perciben sueldos ($200,000 o más anuales) y quienes tienen una disciplina propia de gabinete. El martes 18 marzo, un día antes del inicio de la guerra, 139 parlamentarios laboristas votaron contra ésta. Algunas decenas no votaron. Esto implica un tercio de la bancada gobiernista y casi la mitad de los parlamentarios que no están en el gabinete.
Nunca antes en la historia británica tantos representantes del partido en el poder se habían sublevado contra el gobierno. Al concluir dicha votación Blair mostraba cierto alivio pues contuvo una rebelión que pudo ser mayor. Sin embargo, la semilla de la discordia ya está sembrada dentro del partido y ésta podrá desarrollarse.
La guerra no se está dando como se pronosticó. Blair vendió la imagen que sus tropas serían recibidas como liberadoras mientras que el pueblo y el ejército iraquíes desertarían ampliamente hastiados de la tiranía saddamista. Ahora la prensa anglo-americana reconoce una resistencia mayor a la esperada. La guerra rápida y sin muchos costos amenaza con prolongarse y producir muchas muertes y gastos.
Esto puede ir mellando la dañada credibilidad de Blair. El premier prometió que iría a la guerra con una mayoría del consejo de seguridad. Ahora ha decretado la invasión con el aval de sólo 4 de sus 15 miembros. Los inspectores de Naciones Unidas abiertamente calificaron como falsas las afirmaciones que hizo inicialmente el Informe Blair sobre Irak en sentido que Bagdad había adquirido uranio y tubos para fabricar bombas nucleares.
El 22 de marzo Londres vivió una masiva marcha anti-guerra que, según sus organizadores, movilizó un millón. Las protestas son diarias. Hace 13 años la premier Thatcher calló como producto de movilizaciones.
*Isaac Bigio es investigador y profesor de la London School of Economics & Political Sciences (LSE). Colabora en la BBC, El Comercio, La Opinión, CNI y otros medios.
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