RIENDLY: AMIGABLE, Amistoso, Cordial.
En la prensa norteamericana de esta primera semana de marzo, el acribillamiento
del carro que llevaba a la periodista italiana Giuliana Sgrena luego de
su liberación en Bagdad, fue noticiado, de forma general, como un
lamentable error. George W. Bush llamó a Berlusconni y le pidió
disculpas; saldado el asunto a nivel de “dignatarios” se dirían
mutuamente: continuemos a salvar a Iraq y al mundo.
Más allá de las inevitables suspicacias que genera tan
fortuito hecho, hay que considerar el recelo que eventualmente pudiera
generar en Washington el testimonio al mundo de una periodista “who works
for the leftist newspaper Il Manifesto”, o la incomodidad del hecho de
que un veterano agente de los servicios secretos italianos - Nicola Calipari
- se estuviese habituando a ser exitoso en negociar la liberación
de personajes “incómodos” en Bagdad, abisma la forma como es reportado
oficialmente este asesinato.
El parte de guerra de the United States Central Command (Tampa, FL)
reportó textualmente:
Name: Nicola Calipari (Italian service secret)
Place: Baghdad (International Airport).
Cause of Death: friendly fire
¡¡Friendly Fire!!. Las formas de calificar manifiestan las
formas de concebir, y este es un “claro ejemplo” de como la sociedad norteamericana
se percibe a si misma y a los otros, de cuan enferma de cuan miserable.
Todo lo que provenga de mí, incluso la muerte, es bueno, legitimo.
¿Cómo, con un mínimo de raciocinio, se puede calificar, y
sobre todo aceptar, el asesinato como amigable? Sí, es volver una
vez más sobre lo mismo tantas veces dicho, tantas veces estudiado,
pero estos detalles dan la medida de los valores de una sociedad, absolutamente
apegada a las formas, a sus formas, y de la magnitud del desprecio que
siente por los demás.
Hace unos años, no más de cinco, no vayan a creer que
el episodio es de la época de “Mississippi en llamas”, una corte
en Nueva York absolvió a un grupo de policías blancos que
habían matado a un inmigrante negro. El fallo determinó
que los oficiales de seguridad le habían respetado sus derechos
humanos. Lo concreto fue que el inmigrante – el infrahumano- que
no portaba armas, recibió ¡19 balazos! de parte de los agentes.
Desde la perplejidad apenas cabía decirse: se le respetaron todos
sus “derechos humanos”, excepto el primerito de la “Carta Universal”.
La cuestión es, ante una forma de percibir la realidad y el mundo
así, ¿Cómo lidia el resto del mundo, con esta sociedad,
este país? Lo que parece quedar claro es que lo único amigable
que se puede esperar de ellos es el “Friendly Fire”.
Por eso no deja de sorprender que en Venezuela, cuando algunos alertan
sobre la posibilidad de que en Washington se pudiera estar pensando en
la opción del magnicidio como solución al “problema venezolano”,
que tan pertinazmente Roger Noriega trae a la palestra pública casi
a diario, algunas mentes, alineadas ¿alienadas? con los valores
universales del Norte, se burlen y digan que son simplemente “balurdeces”
oficialistas.
*Alexis Mercado es profesor de la Universidad Central de Venezuela.