por ISAAC BIGIO*
El 30 Gobierno israelí
L PARLAMENTO israelí ha nominado al nuevo gobierno de
Sharon. Este es uno de los más derechistas que haya
tenido dicho país.
En éste han quedado excluidos antiguos aliados del
oficialista Likud como los partidos ultra-ortodoxos
judíos no sionistas y los laboristas. El Likud
gobernará con sólo 3 más de los 12 partidos con
representación parlamentaria. Estos son el centro
secularista (Shinui) y los ultra-derechistas del
Partido Nacionalista Religioso (vocero de los
asentamientos en los territorios ocupados) y Unidad
Nacional.
Sharon inicialmente quiso componer un gabinete de
unidad nacional con los laboristas para dar paso a la
política de Washington de aceptar un mini-estado
palestino sin mayor poder. Sin embargo, se ha visto
obligado a hacer una administración de la derecha en
la cual no se vislumbra ninguna concesión a la
Autoridad palestina, con la cual se niega diálogos.
Benjamín Netanyahu, el ex-premier que se opone a
cualquier independencia palestina, es ministro de
economía. Otras carteras han sido asignadas a Unidad
Nacional que abiertamente promueve la ‘transferencia’
de 4 millones de árabes que pueblan Israel y los
territorios ocupados para que los 4,6 millones de
judíos restantes hagan el ‘Gran Israel’.
Para los palestinos esto muestra el doble juego de
Washington. Por una parte bombardeó Yugoslavia e Irak
acusando a sus gobiernos de masacradores y limpiadores
étnicos, pero en Israel amparan a un premier acusado
de crímenes de guerra en Líbano (1982) y con ministros
que demandan la limpieza étnica de los palestinos.
Para muchos laboristas este gobierno influido por
extremistas azuzará la polarización interna y el
aislamiento externo. Para los religiosos del Shás se
vislumbra una catástrofe económica y ‘revoluciones en
las calles’.
Sharon sabe que es la única opción que le queda. En
vez de una administración de unidad nacional hace una
de unidad de la derecha sionista. En ella incluye a la
sorpresa electoral Shinui a fin de evitar que le
ataque desde la oposición y sufra con él los costos
del desgaste gubernamental. Con un gabinete halcón él
pretende sacar provecho de la coyuntura internacional
en la cual EEUU tiene como objetivo sofocar a los
radicales islámicos.
*Isaac Bigio es investigador y profesor de la London School of Economics & Political Sciences (LSE). Colabora en la BBC, El Comercio, La Opinión, CNI y otros medios.
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