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 Sábado, 12 de junio de 2004

por JOSÉ REPISO MOYANO*
La opinión y lo demás

A "MANERA de ser" está enraizada en un medio, por un pueblo, con una cultura, desde una naturaleza autóctona o endémica -en su acepción biológica-. Por ello, el ser humano cuenta con un "etnocentrismo", cuenta ya con un "a priori" para manifestar cualquier opinión emocional; porque el ser humano es una estructura social, algo construido de lo que es físicamente -en su recibir y actuar como cualquier ser- y de lo que concita emocionalmente -subjetivamente-.

Así que, el ser humano, posee un pensamiento salvaje (Lévi-Strauss disertó este aspecto corroborando que lo humano es también una asociación emocional que deriva a sus pensamientos...espontáneos o emotivos) que aprovecha siempre para no perder una identidad, para imponer que es él con un carácter propio; pero que tiene que estar sustentado con una base social originaria, desde unas raíces.

Cuando se impresiona, por su "forma de ver", de seguida ajuicia y persuade con "su verdad", lo que significa una/su vara de medir sin otro particular que eso que él considera emocionalmente; pues es su ego que, tras ser preconcebido por lo anteriormente dicho, se manifiesta "salvaje", en autoprotección.

Esto es "lo emocionalmente" bajo una sola perspectiva subjetiva -puesto que sólo la subjetividad posee perspectivas-; pero, al hablarse de paz -de que todos la necesitan por ejemplo-, existe una subjetividad general -no bajo una verdad individual, sino bajo una verdad general o inherente a todos aun siendo subjetiva-. Y ya, entonces, aquí importa -y no se puede evitar- que es común, que es un "valor social", absoluto, que trasciende desde todas las perspectivas subjetivas individuales porque es inmanente al ser humano o que coincide absolutamente en todos. Así mismo, cada uno de estos valores no corresponde a "su verdad" subjetiva, sino que es la verdad subjetiva de todos, absoluta de todos: la supervivencia, el amor, el sentir mismo, la esperanza, etc.

Por otro lado, hay que decir que existe algo muy importante -importante porque es lo que permite lo anterior-: lo objetivo. Lo objetivo lo es porque ostenta realidad y ostenta obligatoriamente diferencias. Lo objetivo es lo que actúa físicamente. Lo objetivo es lo que recibe, lo que actúa y, actuando, manifiesta también una efectividad física; pero, como el ser humano utiliza una mayor capacidad de aceptación "racional", no puede por menos que reconocer las cosas -reconocer o aceptar la realidad-, así con una coherencia de principios - de causa-efecto, de coherencia - físicos.

Por ejemplo, un pez acepta el agua porque "conoce", recibe sus efectos; no obstante, él utiliza su capacidad de aceptación "racional" en su nivel intuitivo o instintivo y nunca, de ningún modo posible, contra lo que le conforma.

La razón no es más que un procedimiento inesquivable de todo ser vivo; pues, ya el simple y obligatorio hecho del adaptarse supone una razón de supervivencia -a la que están sujetos todos lo seres vivos- que atiende a conocer el medio, a "estar con él" por razón,se quiera o no, a conocer sus razones o sus principios -que adquiere para adaptarse-.

Por conformidad, la razón en el ser humano no es más que una mayor consecución a la que cualquier otra especie pudiera haber llegado, es decir, un logro ni más ni menos con un mayor entendimiento de lo real; ahora bien, la razón primigenia -la de los animales- es más pura, porque no tiene sin duda que "luchar"-o que confrontarse, o que competir- contra las emociones -esa capacidad de subjetividad o de sugestión social- como sucesivamente ocurre en los seres humanos, en los cuales se mezclan o se disuelven tales emociones muy a menudo en sus conocimientos con el riesgo siempre latente de que eso se convierta en manipulación psicológica o en negación de la realidad.

Y no es anormal encontrar a algunos que, sirviéndose del nacionalismo, hablan de su historia especial, de su raza especial, de su religión especial -para que se inicie un fundamentalismo- y, así, rizando el rizo o en la plena sublimación de este proceso, consiguen a los demás anularles cualquier noción de realidad o que huyan de la objetividad, para confundirlos, para manipularlos.

Nota.- Autores que pueden consultarse: Lévi-Strauss ("La antropología estructural" o "Pensamiento salvaje") y Edouard Seguin ("Tratamiento moral").


*José Repiso Moyano es escritor.

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