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 Reflexiones |  Domingo, 25 de julio de 2004

por JOSÉ REPISO MOYANO*
Reconocimiento de lo que es

ODOS LOS seres vivos inevitablemente perciben la realidad, pero en su extensión no la misma realidad -por ejemplo, un pez con respecto a un pájaro-. Sin embargo, todos y en concreto los de cada especie siguen a un modelo de percibir la realidad, esto es, los seres vivos que constituyen una especie reciben de la realidad lo mismo aunque no quieran, con plena objetividad y con plena demostración.

Un árbol cualquiera recibirá de la realidad luz, una dosificación de nitrógeno, potasio, fósforo y oligoelementos, agua y dióxido de carbono siempre, de forma regular; aunque, claro, se diferenciarán de otro árbol esas intensidades que asimila de tales esencias o partes de la realidad para que así salvaguarde la individualidad existencial o, para todos, el principio de diversidad. Por eso, nada cambia en el fondo, el ser humano en su último eslabón de la evolución, funcionará en su esencia como la primera célula que hubo en la Tierra: nada cambia, excepto formas que "sustentan" el movimiento de todo, formas que garantizan a su vez que nada cambie.

Es un error el que se diga que un ser humano no percibe lo mismo que otro, ya que percibe lo mismo biológicamente -en cualidad- y conceptualmente todo lo que tenga una definición física directa: río, montaña, árbol, luna, luz, piedra, etc. ¡Ah!, lo que varía más es lo que vive intensamente de algo. Los seres humanos, de la realidad física, comparten casi el cien por cien de los conceptos y sólo en la realidad social es donde se diferencia con subjetividad porque, sencillamente, sólo en lo social un ser desarrolla su psicología, es decir, la formación de "pareceres" comunicativos, de gustos o de caprichos en cuanto que, en la comunicación, los seres vivos están más que nunca frente a frente, autoafirmándose o compitiendo sistemáticamente porque prevalezcan, sí, individualidades de acción.

Por lo tanto, lo subjetivo es un "elemento" producido o añadido -no que toda la realidad lo posee, sino sólo la realidad humana-: extraesencial. Y no debe imponerse como ahora, ocupándose de la realidad como una proliferación de religiones individuales que cierran las puertas al proyecto común de respetar objetivaciones o hechos reales, que estaban antes de ser maltratadas por la subjetividad, que estaban antes de la subjetividad. Pues, cuando el ser humano percibía instintivamente como los animales, entonces, el agua era agua, el fuego era fuego y la tierra era tierra. Está fuera de quicio decir "La realidad depende de mi religión particular, de mi cabezonería" y, además, como imposición, sin prueba alguna, como... paranoia.

Si el ser humano quiere construir algo, se verá obligado a recurrir a principios objetivos, extraídos de la naturaleza, fundados en un orden racional: común para todos. Al afrontar el Sida, ahí, lo subjetivo está molestando: se han de usar preservativos contra lo subjetivo de la religión, contra lo subjetivo de la costumbre, contra lo subjetivo del gusto personal o del "me parece", contra lo subjetivo de lo mínimamente subjetivo. Si una persona tiene gangrena o bien se extirpa lo gangrenado o no hay nada que hacer, ante todos, quieran o no quieran, bailando o tumbándose al Sol. La muerte por hambre de miles de niños no es algo subjetivo ni puede arreglarse subjetivamente ni puede arreglarse sin eliminar casi todo lo subjetivo, sino es algo real que sólo con medidas de acción reales se evitará; en claro, no se salva ni se salvará con lo subjetivo, sino con el objetivo absoluto o infinitamente absoluto -o más si lo hubiera- de "dándoles de comer", ni más ni menos.

Lo subjetivo debería servir para distraer nuestro ego, contra el aburrimiento, para el juego que causa placer y está bien, para que lo social se unifique -convenciendo subjetivamente- mediante gustos particulares que cualquier sociedad debe de tener en cuenta para que sea lo más atractiva, participativa o democrática, para sentir experiencias, para ayudar a que algo objetivo lo entienda "un cerrado de mollera", o un censurador de un medio de comunicación, etc. Para respetar el Medio Ambiente no ha de proponer un loco "Esto es relativo, vamos a hacer cada uno lo que nos parezca o lo que nos venga en gana", no, se ha de considerar lo objetivo, estrictamente lo objetivo muy por encima de lo subjetivo. Teniendo en cuenta que lo subjetivo, lo que atiende a valores individuales, es solamente algo subjetivo, personal, pero nunca... "relativo"; conforme a que, para que la realidad -incluso la realidad individual- fuera "relativa", tendría que depender de algo extrarreal, y no es así: la realidad sólo depende de sí misma o, por principio, de la acción real que pueda hacerla. Si no hay acción de comunicación, no habrá comunicación; si no hay acción de justicia social, no habrá justicia social.

Las tan recurridas perspectivas sólo pueden concebirse como recreaciones personales -necesarias- o subjetivas o que buscan una objetividad, pero éstas no pueden extrapolarse como inherentes al terreno de la objetividad, pues, una perspectiva se fundamenta en la existencia de un punto fijo, el cual no existe ni siquiera subjetivamente, ya que el ser humano no puede aislarse como elemento de la realidad determinando toda la realidad, sino haciendo realidad como todos sus elementos que interactúan o construyéndose de realidad sin que pueda condicionar eso ni evitarlo -y ya, la perspectiva considerada erróneamente como objetiva, pretende condicionar la realidad, manipularla-. Como conclusión, el ser humano, no puede imponer un punto de construcción del todo, en tanto que él es un estado de construcción que sigue en coherencia con este estado más que con él mismo.


*José Repiso Moyano es escritor.

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