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 Reflexiones | Domingo, 5 de septiembre de 2004

por JOSÉ REPISO MOYANO*
Trampas a la coherencia

LGUNOS MEMORIZAN automáticamente unos conocimientos sólo para que pasen un examen -porque no hay un examen de análisis- y, adecuados a lo fugaz, no perduran para ser utilizados a lo largo de la vida. De vez en cuando se ha dicho, por ésos, que la certeza no existe meramente por apoyarse en un prejuicio, en un capricho o en un truco, al margen de la inteligencia coherente. Por ejemplo, uno decía que nada es cierto "porque la belleza es pasajera"; entonces, según ese razonamiento, un niño no es cierto porque "es pasajero" y, al no ser cierto, se puede hacer lo que se quiera con él, ni una madre es cierta, ni un idioma, etc.; teniendo en cuenta que nuestras células, ya por durar un instante, nos permiten que seamos ciertos conforme a lo que nos corresponde de duración, para que sean ciertos además otros seres o todo lo posible infinitamente -no vamos nosotros a imponer nada-, por lo que merece un respeto en certeza, que eso es así: todo lo posible lo ha sido absolutamente y es posible en adelante porque con claridad. ya tiene la prueba de que ha sido posible.

Otro truco es hablar representado a muchos o a una comunidad, pues, he comprobado que, cuando alguien quiere rebatirme y no lo logra, recurre a "eso ofende a mi país". Con el fin de ser importante a toda costa, ése, habla "como rey" representando no a él mismo, no a lo que es capaz de razonar -como debiera ser-, sino a muchos para nombrarles o buscarles si lo prefiere la "persona non grata" o enemiga a medida que se desarrolla su intolerancia o su estupidez. Algo que nadie coherente haría: nunca yo he hablado en nombre de España, de Andalucía siquiera, puesto que quién soy para representarles pensamientos a otros por manipularles. En esto, cada cual representa lo que dice o lo que quiera demostrar o no, o lo que siente.

Otro truco es considerar responsable a una persona de lo que otros hacen o dicen sólo porque su voz no está donde unos quieren; así tu voz no puede estar en Cuba porque serás responsable de lo que hace Cuba, ni en EE.UU., ni en Perú, ni en el medio tal, ni en un medio cual, ni en ningún sitio a excepto del que quieren "ciertos dictadores"; pero, si estuvieras donde esos quieren, otros te impondrían otro lugar. Así, a la palabra libre le buscan un camino dictado y es responsable paradójicamente por "estar", no por lo que dice. En fin, a Jesucristo le hubieran castigado, por eso, a cada instante. Si vives en Mónaco ya alguien te puede acusar de esta manera: "Te acuso por vivir en Mónaco". Si publicas en el diario EL PAÍS ya alguien te puede acusar de acuerdo a su locura: "Te acuso por publicar en EL PAÍS" y si por casualidad un columnista de EL PAÍS roba, tú también robas. Respecto a esto, en mi artículo CEREBROS RETORCIDOS, dije cómo anda la cosa.

Otro truco es el manipular la realidad en cuanto a que se señalan aspectos diferentes de ella para excluirla como tal. No es poco frecuente el evidenciar el tejemaneje que algunos se tienen entre las manos contraponiendo una parte de la realidad demostrada a otra parte de la realidad demostrada, no con una actitud de complementar la realidad, de ayudarla -que sería el respetarla con coherencia-, sino con una actitud de desvirtuarla en su totalidad. Tan pronto como alguno ve algo demostrándolo, claro, siendo algo de la realidad, lo contrapone a toda la realidad, negando toda la realidad como gran error. Y es que el egocentrismo siempre hace sombra a la inteligencia, no se puede dejar solo, pues, desea válida una parte y, si no, el todo es falso como venganza, como "pijada". No obstante, si un hecho es que un hombre viola a un niño y otro hecho que un hombre ayuda a un niño, los dos hechos.están, no se excluyen, sólo son diferentes; y no son puntos de vista, únicamente hechos. Lo que ocurre es que una persona con su recurrido "punto de vista" se ofrece para señalar el primero; y otra persona se ofrece para señalar el segundo, bien sea por capricho, bien sea por ignorancia. Sin embargo lo más correcto sería señalar que tales hechos no se excluyen y que están al margen de puntos de vista, por lo que sólo se demuestran como hechos que son.

Los puntos de vista sirven para lo psicológico, para lo social, para criticar modos de acción social o individual, como pareceres que son subjetivos porque, por el contrario, en un hecho sólo cabe demostrarlo y reconocerlo. A veces sólo cabe aceptarlo de tan evidente. El hecho no es un punto de vista, sino que el hecho puede ser utilizado por un punto de vista para cualquier fin. Eso es lo que debe entenderse bien. Que un ser humano tiene cáncer es un hecho; lo que puede pasar es que tal hecho puede utilizarlo un punto de vista para considerarlo un "demonio" por ejemplo, o un inepto o un infeliz. Muchos intelectuales "se han vuelto locos" con esto de los puntos de vista, sin dilucidar lo más mínimo sobre qué son. La objetividad, todo lo que existe en una acción, no tiene perspectivas, sino el reconocimiento de que es hecho, ha sucedido primero y, luego, se le montan perspectivas de cómo ese hecho afecta a los ánimos de la sociedad. Por supuesto, las perspectivas -pero sólo cuando, en una sola dirección, demuestran, son objetivas- ayudan a recomponer las partes del hecho y a reconocerlo.


*José Repiso Moyano es escritor.

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